Les hablaba hace un par de días, y con motivo del mes de marzo, del planeta Marte. Quisiera ahora contarles algunas de las últimas noticias astronómicas que tenemos del mismo.
Proceden de la información extraída de las imágenes de alta resolución, captadas por la última sonda enviada. Su nombre es Mars Reconnaissance Orbiter y en la actualidad está girando en torno al planeta.
De entrada confirman la existencia de paisajes compuestos de minerales carbonatados –por ejemplo, tizas– para cuya formación es imprescindible el agua (H2O). La sustancia de la vida y la que abre la puerta a la colonización humana. Una información esperanzadora.
También nos permiten ver depósitos de hielo, escalonados en franjas de arena oscura, en uno de los cañones de Marte. Unos estratos acumulados en millones de años, que permitirán trazar la historia del cambio climático allí. Un viaje al pasado.
Además, ahora sabemos que el planeta no es sólo rojo. Eso es lo que nos dicen las imágenes. En unas se pueden ver dunas de arena, que muestran motas de polvo y escarcha de dióxido de carbono (CO2).
En otras se observan lo que son los típicos barrancos, sólo que en Marte; una prueba de que el agua fluyó en su superficie. Otras más nos muestran a dunas y cuellos volcánicos juntos. En concreto en la región de Chasma Mars, en el Valle Marineris. Un paisaje alucinante.
Lo cierto es que la última sonda enviada ha fotografiado, como nunca antes, la peculiar geografía marciana. Un espectáculo impresionante para los ojos humanos que plantea mil interrogantes al mundo científico.
Porque hay otros datos. Como la existencia de enormes emisiones, dos veces por año, de gas metano, CH4(g). Un compuesto químico como es bien sabido, que aquí en la Tierra es producido en un 90% por la vida orgánica. Por los seres vivos.
¿Se trata de una evidencia de vida extraterrestre?
¿Es una respuesta esperanzadora para un viejo deseo de la humanidad? El de que no estamos solos en el universo. Ya veremos. El tiempo lo dirá.
Por de pronto, en los próximos años visitarán al planeta vecino, un par de ‘rovers’ más. Son hermanos evolucionados de los de las sondas Spirit y Opportunity, en Marte desde hace cinco años. Se tratan del estadounidense Mars Science Laboratory, que partirá de Cabo Kennedy en diciembre de 2011; y del europeo ExoMars, previsto para 2013.
Para que sea el hombre el que viaje, aún resta. Digamos que para los años cuarenta. Quien sabe de todas formas.
Proceden de la información extraída de las imágenes de alta resolución, captadas por la última sonda enviada. Su nombre es Mars Reconnaissance Orbiter y en la actualidad está girando en torno al planeta.
De entrada confirman la existencia de paisajes compuestos de minerales carbonatados –por ejemplo, tizas– para cuya formación es imprescindible el agua (H2O). La sustancia de la vida y la que abre la puerta a la colonización humana. Una información esperanzadora.
También nos permiten ver depósitos de hielo, escalonados en franjas de arena oscura, en uno de los cañones de Marte. Unos estratos acumulados en millones de años, que permitirán trazar la historia del cambio climático allí. Un viaje al pasado.
Además, ahora sabemos que el planeta no es sólo rojo. Eso es lo que nos dicen las imágenes. En unas se pueden ver dunas de arena, que muestran motas de polvo y escarcha de dióxido de carbono (CO2).
En otras se observan lo que son los típicos barrancos, sólo que en Marte; una prueba de que el agua fluyó en su superficie. Otras más nos muestran a dunas y cuellos volcánicos juntos. En concreto en la región de Chasma Mars, en el Valle Marineris. Un paisaje alucinante.
Lo cierto es que la última sonda enviada ha fotografiado, como nunca antes, la peculiar geografía marciana. Un espectáculo impresionante para los ojos humanos que plantea mil interrogantes al mundo científico.
Porque hay otros datos. Como la existencia de enormes emisiones, dos veces por año, de gas metano, CH4(g). Un compuesto químico como es bien sabido, que aquí en la Tierra es producido en un 90% por la vida orgánica. Por los seres vivos.
¿Se trata de una evidencia de vida extraterrestre?
¿Es una respuesta esperanzadora para un viejo deseo de la humanidad? El de que no estamos solos en el universo. Ya veremos. El tiempo lo dirá.
Por de pronto, en los próximos años visitarán al planeta vecino, un par de ‘rovers’ más. Son hermanos evolucionados de los de las sondas Spirit y Opportunity, en Marte desde hace cinco años. Se tratan del estadounidense Mars Science Laboratory, que partirá de Cabo Kennedy en diciembre de 2011; y del europeo ExoMars, previsto para 2013.
Para que sea el hombre el que viaje, aún resta. Digamos que para los años cuarenta. Quien sabe de todas formas.
2009, Año Internacional de la Astronomía
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