Aunque el origen de este instrumento está algo oscuro, con seguridad se puede afirmar que no fue Galileo Galilei su inventor. Eso fijo. Otra cosa es determinar quien lo fue.
Y que fuera un aprendiz suyo el que por azar descubriera que, juntando dos lentes y mirando a través de ellas, sorprendentemente, los objetos muy distantes parecían estar más próximos.
Le pareció una diversión de la visión. Una anécdota óptica más que como tal se apresuró a enseñar a su maestro.
Sin embargo a Lippershey, en cuanto lo tuvo delante, no le pareció un juego con vidrios. Él sí supo captar la sustancia del descubrimiento de su aprendiz. Y se puso manos a la obra.
Dispuso en los extremos de un tubo dos lentes. Una divergente, la más cercana al ojo y otra convergente, la más alejada. El efecto resultó espectacular.
Los objetos lejanos, y que por ese motivo se veían pequeños, ahora, a través del artilugio se veían grandes, como si estuvieran junto a uno.
Consciente de su importancia, a los pocos meses ya los estaba fabricando y vendiendo en exclusiva, al gobierno holandés quien, dado su más que evidente uso militar, para vigilar y espiar al enemigo, procuró mantenerlo en secreto. Mas fue un intento vano.
En meses ya se vendía como una curiosidad más en las tiendas de París, y la noticia del ‘visor’, que es como se le llamaba, corrió por toda Europa. Así fue como se enteró Galileo de su existencia, estando de visita en Venecia.
Y con ellos, y esto es lo realmente importante, lo que hizo fue elevar su punto de mira y enfocar al cielo.
De modo que Galileo no fue el inventor del telescopio, pero sí el primer hombre en observar el firmamento con él.
En sus manos el telescopio revolucionó no el arte de la guerra, sino la ciencia astronómica. Sólo con cambiar de objetivos.
En vez de buscar enemigos, rastreó cuerpos celestes. No está mal el cambio, si tenemos en cuenta que con él empezó la astronomía telescópica. Continuadora de la del gran Tycho Brahe.
Lo llamó telescopio, más adecuado a su nuevo uso. El que tenía era ‘lente espía’. Lógico.
La hipótesis holandesa
Entre las distintas hipótesis que se barajan está la que apunta a que, probablemente, el invento viera la luz en 1608 en el taller de Hans Lippershey. Un óptico holandés pulidor de lentes y constructor de gafas.Y que fuera un aprendiz suyo el que por azar descubriera que, juntando dos lentes y mirando a través de ellas, sorprendentemente, los objetos muy distantes parecían estar más próximos.
Le pareció una diversión de la visión. Una anécdota óptica más que como tal se apresuró a enseñar a su maestro.
Sin embargo a Lippershey, en cuanto lo tuvo delante, no le pareció un juego con vidrios. Él sí supo captar la sustancia del descubrimiento de su aprendiz. Y se puso manos a la obra.
Dispuso en los extremos de un tubo dos lentes. Una divergente, la más cercana al ojo y otra convergente, la más alejada. El efecto resultó espectacular.
Los objetos lejanos, y que por ese motivo se veían pequeños, ahora, a través del artilugio se veían grandes, como si estuvieran junto a uno.
Consciente de su importancia, a los pocos meses ya los estaba fabricando y vendiendo en exclusiva, al gobierno holandés quien, dado su más que evidente uso militar, para vigilar y espiar al enemigo, procuró mantenerlo en secreto. Mas fue un intento vano.
En meses ya se vendía como una curiosidad más en las tiendas de París, y la noticia del ‘visor’, que es como se le llamaba, corrió por toda Europa. Así fue como se enteró Galileo de su existencia, estando de visita en Venecia.
Los telescopios de Galileo
En menos de seis meses, en 1609, ya se había construido uno de 120 cm de largo y 5 cm de diámetro, con una capacidad de 32 aumentos. Un dispositivo impresionante, pero un juguete comparado con los que construyó después, que llegaron a ser tres veces más potentes.Y con ellos, y esto es lo realmente importante, lo que hizo fue elevar su punto de mira y enfocar al cielo.
De modo que Galileo no fue el inventor del telescopio, pero sí el primer hombre en observar el firmamento con él.
En sus manos el telescopio revolucionó no el arte de la guerra, sino la ciencia astronómica. Sólo con cambiar de objetivos.
En vez de buscar enemigos, rastreó cuerpos celestes. No está mal el cambio, si tenemos en cuenta que con él empezó la astronomía telescópica. Continuadora de la del gran Tycho Brahe.
Acerca del nombre
Tan solo dos años después, el 14 de abril de 1611, durante una cena en Roma en su honor, el matemático griego Demisiani le dio nombre al instrumento.Lo llamó telescopio, más adecuado a su nuevo uso. El que tenía era ‘lente espía’. Lógico.
3 comentarios :
Muy buena información, me sirvió mucho para mi tarea de investigación.
Muchas gracias.
Muchas gracias por esta excelente informacion, la verdad que es muy importante saber quien invento el telescopio sobre todo para la clase de ciencia, es muy bueno tenerlo en cuenta :)
Gracias por vuestras palabras, Anónimo y Jennifer Portillo
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