Cuando las imágenes que vemos se nos muestran ambiguas, parecen como que cambiaran ante nuestros ojos entre, al menos, dos posibilidades. Un mecanismo de defensa ante la imposibilidad.
Es como si el cerebro no pudiera decidirse en su percepción, por una de las alternativas.
Es como si el cerebro no pudiera decidirse en su percepción, por una de las alternativas.
El cubo de Necker es otra de esas figuras imposibles. Un clásico de este mundo.
Si empieza a verlo por un vértice parece todo normal, hasta que deja de serlo. Unas veces se está metiéndo en la página y otras saliéndose de ella. Una figura reversible.
Si empieza a verlo por un vértice parece todo normal, hasta que deja de serlo. Unas veces se está metiéndo en la página y otras saliéndose de ella. Una figura reversible.
El efecto es, cuando menos, inquietante. Así las gastan las reglas de la perspectiva. Juegan con nuestra retina y raciocinio. Ojo con las ilusiones.
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