(Continuación) Y que son emitidas gracias a la altísima velocidad de rotación de la estrella, por lo que es de las pocas cosas que pueden escapar de ella; se estima que en un punto de su superficie la velocidad alcanza los 70 000 km/s, siendo su potente campo gravitatorio la única razón de que un púlsar se pueda llegar a destruir por su propia fuerza centrípeta.
Púlsar
CP1919 o PSR B1919+21
Y el caso que nos trae fue descubierto
en julio de 1967 por la estudiante británica Jocelyn Bell Burnell
(1943) y su supervisor el también británico Antony Hewish (1924-2021)
de la Universidad de Cambridge.
Una historia la del púlsar, también denominado PSR J1921+2153, la estudiante y el supervisor que
encierra intramuros un sucedido oscuro y de clara injusticia nobelera. Por si
está interesado en el tema puede leer entre otras las entradas Púlsar o pulsar, ¿cómo se escribe?; Púlsares y la Bell; Púlsar y mujer; Mujer y Nobel.
De este púlsar (del acrónimo en inglés de pulsating star, 'estrella pulsante') decirle tan solo que en la actualidad sigue emitiendo pulsos de 0,04 segundos de duración cada 1,3373 segundos y sin pinta de que deje de hacerlo en los próximos millones de años. Así que.
Ah, los “hombrecitos verdes”, LGM,
siguen sin dar señales de vida a pesar de la insistencia magufa de algunos
pseudocientíficos actuales (Susan Jocelyn Bell y los LGM). Recordar que esta hipótesis,
propuesta inicialmente en Cambridge, fue descartada poco después cuando el austriaco
Thomas Gold (1920-2004) y el británico Fred Hoyle (1915-2001) identificaron dichas señales como las provenientes de una
estrella de neutrones.
Intrahistoria
del gráfico con las ondas de la portada disquera. 1968
Estamos en 1979 cuando el diseñador gráfico Peter Saville
recibe del grupo Joy Division la imagen de marra para la portada de su
disco y que afirmaron haberla sacado de la Enciclopedia de Astronomía de
Cambridge, que es donde aparece publicada por primera vez.
Hasta aquí todo parece claro y de lo más normal, sin embargo hay una pequeña nube en el cielo que oscurece esta aparente normalidad. Resulta que cuando Gold y Hoyle publicaron en la prestigiosa revista Nature, 1968 sus investigaciones sobre el púlsar CP1919, dicha imagen no aparecía.
Ellos solo incluyeron algunas representaciones de pulsos
individuales y no la superposición de un centenar sucesivos que aparece en la
enciclopedia, lo que plantea una cuestión: ¿quién y cuándo realizó dicha
imagen?
Intrahistoria
del gráfico con las ondas de la portada disquera. 1971
Siguiendo las huellas de las pruebas, la siguiente en
aparecer la aporta el astrofísico estadounidense F. X. Timmes de la
Universidad Estatal de Arizona, quien la había encontrado de manera serendípica,
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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