(Continuación) Les presento mis disculpas por el retraso con el que, y con más frecuencia de la que me gustaría, respondo a algunas de las cuestiones que me plantean. Una de ellas es ésta, relacionada con el paso de la borrasca Filomena y la gran nevada con la que sacudió a medio país estas Navidades pasadas. Una nieve después convertida en hielo por mor de la posterior helada que se nos vino encima y que trajo más de una desgracia, disgusto y preocupación (¿Por qué nos resbalamos al pisar el hielo?), unas cuitas para las que mínimamente aportamos una solución (¿Por qué echamos sal en el hielo?).
Pues bien, a mediados
de enero me llegaba una nueva cuestión filoménica, ésta de peso, en la que me
inquirían ‘¿qué pesaba más, la nieve o el hielo?’. Una duda sobre la que la
física bachillera de los tiempos escolares puede arrojar algo de luz, como ya
hizo acerca de su naturaleza y estructura química (¿Es lo mismo el hielo que la nieve?).
Pero a lo que vamos, ¿cuál pesa más?, un interrogante que me recuerda a una entrada anterior (Pasatiempos. 43), relacionada con el peso del aire seco y el aire húmedo, y que necesita de la misma matización que le hacíamos a ésta: ¿qué pesa más un volumen de hielo o el mismo volumen de nieve?, vamos, ¿qué cuál es más denso?
De la densidad, la masa y el volumen
No son pocas las
entradas enrocada acerca de la densidad -en este caso entendida como propiedad
mecánica, intrínseca, relativa y escalar de la materia que relaciona cantidad
de materia y espacio ocupado-, que matemáticamente podemos expresar
mediante una ecuación (d = m / v) y, desde el punto de vista físico, nos indica
que un material es más denso conforme más masa contenga en un
determinado volumen.
Y como sabemos, en el paso de nieve a hielo se produce una compactación molecular por lo que en un mismo volumen de ambos existe más cantidad de materia o masa del segundo que de la primera, de modo que pesa más el hielo que la nieve o, dicho de forma correcta, el hielo (dh = 916,8 kg/m³ = 0,9168 kg/L) es más denso que la nieve (dn = 100 kg/m³ (aprox) = 0,1 kg/L) y ambos menos que el agua líquida (da = 997 kg/m³ = 1 kg/L)
De nieve a hielo
En dicha
transformación intervienen varios fenómenos físicos: 1) un asentamiento gravitatorio
de la nieve por la que se va empaquetando; 2) procesos termodinámicos que
buscan minimizar la energía, por lo que los cristales van perdiendo su
forma original y se van redondeando, cuanto más redondos más estables serán; 3)
un encaje estructural que disminuye su porosidad y termina por
compactarla en nieve sólida. Fenómenos todos que conducen a una disminución
de su volumen.
Pero en todos estos pasos de nieve a hielo la masa de agua en una forma u otra es la misma, si bien el volumen ha variado (disminuye), por lo que la densidad también lo hace (aumenta, al ser inversamente proporcional a él) razón por la que el hielo es más denso que la nieve o dicho de forma coloquial pesa más. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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