(Continuación) Y a pesar de ser conocida esta circunstancia, las posteriores traducciones y ediciones han mantenido, de forma incomprensible, el término.
Una desafortunada actitud, que no se sabe a ciencia cierta si es debida a una expresa y torticera intención (algunos autores la traducen como “la curva de la hechicera”), o al deseo de hacer el típico y fácil juego de palabras, de escasa y dudosa gracia.
Por suerte, en otros idiomas se habla de ‘loci’ (en latín, lugares geométricos, curvas) de Agnesi. Mucho más adecuado. Pero menos frecuente que la inglesa expresión.
