Convencido estoy de que saben de lo que va esta entrada. Y que están al tanto del significado que, de vez en cuando, tiene el logotipo oficial que encabeza a Google. Por lo que lo dejo aquí.
En esta ocasión, el del pasado lunes 12, estuvo dedicado a la profesora universitaria inglesa Dorothy Hodgkin (1910-1994), pionera en la técnica de determinación de estructuras de sustancias de interés bioquímico mediante rayos X y Premio Nobel de Química en 1964.
Luego, como a la vista está, en este año del Señor de 2014 se conmemoran los cincuenta (50) años de la concesión del laureado galardón y los veinte (20) de su fallecimiento. Lo que está bien.
Y el hecho de que su doodle haya aparecido el pasado lunes, como logotipo alternativo al oficial de la página principal de este motor de búsqueda, obedece a la sencilla razón de que coincide con el día de su nacimiento. Todo un detalle.
Aunque la científica ya ha sido enrocada -sabemos de ella que fue la tercera mujer en ganar el premio Nobel de Química, tras las Curie, Marie e Irène, madre e hija, y que curiosamente es Dorothy la única mujer que aparece en la serie filatélica de la Royal Society-, a pesar de haber venido a este negro sobre blanco les decía, es evidente que sus muchos méritos merecen un reconocido enroque.
No en vano, ella sola, revolucionó la técnica de cristalografía de proteínas mediante rayos X. Con ella consiguió determinar la estructura tridimensional del colesterol y, posteriormente, de la insulina, de la penicilina, de la vitamina B12, de la lactoglobulina y de la ferritina.
Por cierto que el dibujo del logotipo representa la estructura de una biomolécula, ¿sabría de cuál?
Es el Google Doodle de la Hodgkin.
El último de los aparecidos, y dedicado precisamente a una mujer científica, pensarán algunos de ustedes, a raíz de lo que les cuento. Pues no. Lamento decirles que andan errados, y por partida doble.
El pasado jueves 16 volvimos a tener otro, y dedicado además a otra científica.
Así que ya ven. En el breve plazo de cinco días, las ciencias vuelven a ser las protagonistas de la portada de Google.
Y como casi siempre, yo sin enrocarlo a tiempo. Se ve que no tengo perdón de Dios.
¡Ah! Les hablo de la Agnesi.
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