Desde el pasado domingo 6 y hasta el próximo viernes 18 de noviembre tiene lugar en la ciudad egipcia de Sharm El-Sheikh la Cumbre del Clima de 2022, conocida como COP27 y continuación de la COP26 que tuvo lugar en Glasgow el año pasado y de la que algo enrocamos (COP26 [CR-157])
La
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático se celebra
todos los años desde 1995 y en ella discuten sobre la crisis climática a nivel
mundial los líderes, políticos, expertos y otras personas que firmaron el 21 de
marzo de 1994, la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio
Climático (CMNUCC). Un tratado ambiental internacional que aborda el cambio climático y está formado por 197 países a los que se denominan Partes en la
Convención.
De Glasgow a Sharm El-Sheikh
Con el lema "Juntos por la implementación", de la edición de este año bien se puede decir que es africana por partida doble: por geografía, se celebra en Egipto, y por enfoque, al ser precisamente los países de este continente los que se enfrentan a algunos de los peores impactos del cambio climático. Es así.
En
realidad, ésta, es la primera de dos que tendrán lugar en la región de Medio
Oriente y África del Norte, MENA (acrónimo del inglés Middle East and
North Africa), ya que la
siguiente, COP28, se llevará a cabo en los Emiratos Árabes
Unidos (EAU) en 2023. O sea.
Y
por desgracia el traslado geográfico de sede, de casi 6000 km entre ambas
ciudades, apenas ha cambiado el anuncio oficial de sus intenciones declaradas, que
son más o menos como las de tantos otros que le precedieron. La iniciativa climática
sigue centrada, fundamentalmente, en dos acciones con las que casi todos los países
del mundo se han comprometido.
Declaración de intenciones
Una, mantener el aumento de la temperatura media global “muy por debajo” de los dos grados Celsius (2 ºC), los pretendidos y mínimos uno coma cinco grados Celsius (1,5 ºC), por encima de los niveles preindustriales; otra, reducir las emisiones, el pretencioso cero emisiones de carbono; y las dos juntas, algo que ya hemos oído otras muchas veces, la misma letra con distinta música.O
sea, volver a insistir con más de lo mismo, es decir, acrecencia de la resiliencia y preocupación por un mejor
ambiente
para nuestro planeta, pero acompañado de una casi total inacción para hacerlo
efectivo. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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