[Esta entrada apareció publicada el 04 de noviembre de 2022, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Me ha llegado algún que otro correo acerca de la columna de hace un par de semanas, ésa sobre los aforismos y la ciencia, que me han mostrado cuánta tela queda por cortar de este paño, y vaya si queda.
No en vano
si la ciencia es una forma de conocer la realidad, es evidente que la literatura
también lo es, aunque con matices pues mientras la primera es un conocimiento
todo lo objetivo, inteligible y dialéctico que sea posible, la segunda no tiene
por qué serlo y así una novela, un poema, un cuento, un ensayo o un aforismo
puede ser más o menos científico.
Lo que no obsta para que los aforismos, probablemente, constituyan uno de los géneros literarios más científicos, de modo que en este contexto hago un tiro por elevación y niego el concepto de “las dos culturas” tal como lo acuñara en 1959 el científico de formación, escritor por vocación y funcionario de profesión inglés Charles Percy Snow.
Ciencias y artes, o
sea humanidades, son una sola cultura indivisible. En este sentido, y aunque
para según qué cosas no suelo coincidir con buena parte de lo que afirma el
colombiano Gabriel García Márquez, ahora sí hago mías sus palabras
cuando dice: “La idea de que la física sólo concierne a los físicos es tan
anticientífica como antiartística es asumir que la poesía sólo concierne a los
poetas”.
Bueno, sin más, he aquí unos cuantos aforismos expuestos de manera telegráfica por evidentes razones de espacio: ‘Cualquier ley biológica que se exprese con una fórmula de más de diez centímetros es sospechosa’ (Ramón Margalef). ‘No les tengo miedo a los ordenadores. Lo que temo es quedarme sin ellos’ (Isaac Asimov).
‘Descubrir
es ver cosas que todo el mundo ha visto y pensar en cosas en las que nadie ha
pensado’ (Albert Szent-Gyorgi). ‘Las bacterias para multiplicarse
se dividen’. ‘Si la naturaleza es la respuesta, ¿cuál era la pregunta?’
(Jorge Wagensberg). ‘Toda frase que yo emita habrá de ser considerada
por ustedes no como una aseveración, sino como una pregunta’ (Palabras con
las que Niels Bohr solía iniciar sus seminarios).
‘La experiencia es directamente proporcional a la cantidad de equipo arruinado’ (Cuarta ley de Harrisberger sobre laboratorios). ‘No recuerdes aquello que puedes inferir’ (Harry Tennant). ‘Un economista es un experto que te dirá mañana por qué las cosas que predijo ayer no han sucedido hoy’ (Laurence J. Peter, sí el del Principio de Peter). ‘La velocidad de la luz es insuperable’ (Lévy-Leblond). No hay duda sobre la indivisibilidad del arte y la ciencia que encierra un aforismo, por lo que le dejo. ‘El hombre que tiene un reloj sabe la hora que es. El hombre que tiene dos, nunca está seguro’ (Ley de Segal).
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