domingo, 4 de septiembre de 2022

Ciencia y Tauromaquia: Otero, Velarde y el guarismo de ‘Islero’ (1)

(Continuación) Con la diferencia de un par de días, hace ahora una semana, me llegaban dos comentarios con intereses distintos pero relacionados. En el primero me pedían más información científica acerca de José María Otero de Navascués y Guillermo Velarde Pinacho, y en el segundo me preguntaban sobre el guarismo que el toro ‘Islero’ llevaba marcado en su paletilla derecha.

Así que ya ve, Ciencia y Tauromaquia de la mano, como motivo de interés para algunos lectores del blog, el mismo que desde estos predios nos disponemos a satisfacer, empezando por una semblanza científica de uno de los dos hombres nucleares y una advertencia estructural, la de que considere estas próximas entregas sólo como una especie de paréntesis de la inconclusa saga Proyecto nuclear “Islero”. Abro paréntesis.

José María Otero de Navascués Enríquez de la Sota (1907-1983)

Madrileño noble, fue el IX marqués de Hermosilla. Militar de alta graduación, alcanzó el rango de Contralmirante-ingeniero de la Armada. Político avezado, ocupó diferentes cargos. Y reconocido científico pues destacó en diferentes campos como, la ya consabida física nuclear, la fisiología o la óptica geométrica. Otero es el primero de nuestros hombres nucleares.

Además de los cargos ya citados en relación con la energía nuclear (en 1965 fue nombrado presidente de la Sociedad Europea de Energía Atómica y en 1968 gobernador del Organismo Internacional de Energía Atómica, OIEA, entre otros), ese mismo año Otero, por su prestigio científico, formó parte del Comité Internacional de Pesas y Medidas, del que llegó a ser su presidente desde 1968 a 1975.

Precisamente durante su mandato se trabajó en la definición del segundo (s), como unidad de la magnitud tiempo, y también en la nueva definición del metro (m), como unidad de la magnitud longitud, dando sin duda un fuerte impulso en aquel momento, a la ciencia de la Metrología en España.

Pero, cronológicamente, el primero de los campos donde destacó fue en el de la óptica geométrica, pues a principios de los años 40 se especializó en el estudio del ojo en condiciones de baja luminosidad, llegando a poner nombre a un fenómeno ya conocido, pero poco estudiado, el de la miopía nocturna.

Miopía nocturna. Algo de historia

O la reducción de capacidad para enfocar bien en condiciones de baja iluminación, un fenómeno conocido desde finales del siglo XVIII y en el que se interesaron científicos de la talla del barón británico Lord Rayleigh (1842-1904), quien afirmó haberse percatado de que “en una habitación casi a oscuras era claramente miope”. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 

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