martes, 20 de abril de 2021

Hitos de Ciencia, 2020. Prontuario

(Continuación) Le aclaro, por si no cae ahora en lo del merismo, que se trata de una figura retórica con la que, en los estudios bíblicos, se expresa una totalidad mediante la mención de dos partes que constituyen sus extremos.

Sirvan de ejemplos: espacial, “cielo y tierra” por “universo” o “montes y valles” por “paisaje”; temporal, “día y noche" por “todo el tiempo”; y biológico, “carne y sangre” por “humano”. Bueno, pues lo mismo o algo así. Cosas que pasan, también.

La ciencia al rescate

Entre otros, y según mi más que prescindible opinión, esto ha sido de lo mejorcito que produjo la ciencia en el pasado Año del Señor de 2020. Una panoplia que va desde la secuencia genética del nuevo coronavirus por parte de China, a la búsqueda contrarreloj de vacunas contra el SARS-CoV-2, piense que, prácticamente, han transcurrido solo 12 meses desde su hallazgo y comienzo de producción.

Pasando por el pistoletazo de salida dado para ver qué país, la cosa parece estar entre EEUU y China, es el primero en traer a nuestro planeta rocas de Marte, “el planeta rojo”, y por las incógnitas que aún despierta la expansión de nuestra especie por América.

Hasta el desarrollo de la tecnología CRISPR y su posterior reconocimiento con el máximo de los galardones humanos, entiéndase el Nobel, y la detección de la fusión de dos agujeros negros, merced a la generación de ondas gravitacionales detectadas por dos observatorios terrestres, LIGO y Virgo.

Cara y cruz científicas

Y ya que hablamos de nobeles y observatorios astronómicos, sepa que no todo lo que ha dejado el año desde el punto de vista científico han sido buenas noticias. Sabido es que en todas las casas cueces habas y, como dijo el otro, en la mía a calderas.

En esta casa, como muestra le traigo, sólo, un par de ellas. Una, ligada al laureado premio del que nos hemos quedado en la puerta. Lo digo, ya se lo habrá imaginado, por el bioquímico español Francisco Mojica quien en 1992 descubrió unas secuencias que llamó CRISPR.

La otra (o el otro) haba guarda relación con el cierre y desmantelamiento del radiotelescopio de Arecibo, al que tantos debemos tanto. La suya ha sido una larga y fructífera vida desde que en noviembre de 1963 fuera inaugurado y, en diciembre del 2020, desmantelado.

Algo hay enrocado: ‘Arecibo y ‘Contact’ [CR-120]; ‘DesmontandoArecibo’ [CR-119]; ‘Sónar Calling GJ273b. Destino planetario’. En lo que a mí juventud toca, gracias por tanto Arecibo ‘¿Hay alguien ahí fuera?’ (Continuará)


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