martes, 29 de diciembre de 2020

El experimento de Zimbardo (1)

(Continuación) Está considerado el origen de la teoría de las ventanas rotas, TVR de 1982, elaborada por James Wilson y George Kelling, sobre la difusión de conductas inmoraleso incívicas, y se trató de un experimento de psicología social llevado a cabo en 1969, por la Universidad de Stanford, Estados Unidos. Diseñado por un equipo de investigación dirigido por profesor Phillip Zimbardo (1933), constaba en realidad de un planteamiento bien simple, repartido en tres fases. 

Barrio rico, barrio pobre. Resultados y conclusión

En la primera se dejó un coche en una descuidada calle del Bronx, por entonces una zona pobre y conflictiva de Nueva York, con las placas de matrícula arrancadas y las puertas sin cerrar, con el objetivo de ver si le pasaría algo a partir de entonces. Y vaya si pasó. No habían transcurrido ni diez minutos y ya empezaron a robarle todo lo aprovechable: las llantas, el motor, los espejos, la radio, etcétera. A los tres días no habían dejado nada de valor en él y el resto terminaron destrozándolo.

En la segunda fase se hizo lo mismo, se abandonó un coche idéntico -de la misma marca, modelo y hasta color- con los mismos síntomas de abandono, como las placas de matrícula caídas y las puertas sin cerrar, sólo que ahora se hizo en Palo Alto, un barrio rico y tranquilo de California, y se esperó a ver qué pasaba pues el objetivo permanecía: ver qué sucedía respecto a las conductas incívicas y la propagación de las mismas.

Pues en este caso no pasó absolutamente nada, durante toda una semana el coche siguió intacto. Conclusión: se demostraba vía empírica lo que es un lugar común de todas las posiciones ideológicas conservadoras (de derecha y de izquierda), atribuir las causas del delito a la pobreza. Ya, sin embargo, el experimento no acababa aquí.

Barrio rico y ventana rota. Resultado y conclusión

A la vista de los resultados, Zimbardo y sus colaboradores le dieron una vuelta de tuerca más al asunto en la tercera fase, y rompieron el cristal de una de las ventanillas del automóvil. Y ahora mire usted por dónde, sí empezaron a pasar cosas.

Fue como una especie de señal de salida secreta e inequívoca que los, hasta entonces honrados ciudadanos ‘paloalteros’, estaban inconscientemente esperando. Esperando digo porque, al cabo de unos pocos días, el coche de Palo Alto estaba tan desvalijado y destrozado como el del Bronx. Como lo lee.

Por lo visto los habitantes del barrio rico solo necesitaban la señal adecuada, algún síntoma de abandono y dejadez, para empezar a actuar exactamente igual que los vecinos del barrio más humilde. Y entonces el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo al mismo estado.

¿Por qué? ¿Por qué el vidrio roto del auto, dejado en el vecindario supuestamente seguro, había disparado semejante proceso delictivo? (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 

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