Es probable que si no tiene usted bien cumplido el medio siglo, el título
de esta entrada no le diga nada y piense que carece de todo sentido su
presencia en esta tribuna. Sin embargo créanme que lo tiene y por ende es
merecedor de un enroque tanto por lo musical como por lo científico. Empecemos
por el “arte de las musas”.
El número de más arriba es el título de uno de los éxitos, quizás el que
más popular les hizo, del grupo granadino de nombre Los Ángeles, que si bien nació como quinteto y con el apellido de azules allá por 1963, con el tiempo y por
mor de la discográfica Hispavox lo
terminó perdiendo a la vez que se quedaba en cuarteto.
Un grupo con una excelente afinación vocal y ritmos
sostenidos, cierto aire beat en las
instrumentaciones y que practicaba por aquellos entonces una música sin
estridencias, un pop comercial que no desmerecería en absoluto al de otros grupos
y solistas nacionales e internacionales. Es mi opinión, claro.
Sus mayores éxitos comerciales, entre los que existían canciones propias y
versiones de canciones anglosajonas, fueron s: 98.6 (Hispavox, 1967); Créeme (Hispavox, 1967); Mañana, mañana (Hispavox,
1968); Momentos(Hispavox, 1968) o
Mónica (Hispavox, 1971) . De hecho algunas de sus versiones llegaron a
superar a las canciones originales foráneas en el suelo patrio, como fue el
caso de la estadounidense canción 98.6
que nos ocupa.
De Keith
a Los Ángeles pasando por The Bystanders
La canción, escrita por Anthony
Powers y compuesta por George
Fischoff, fue grabada y publicada prácticamente a la vez en 1966 por el
cantante estadounidense Keith, que llegó
a vender un millón de copias en todo el mundo, y por el grupo británico The Bystanders del que sólo destacaré
que a finales de los sesenta devino en el grupo Man. Una deriva musical en la que no entraremos.
Del 98.6 de Barry James Keefer (1949),
que era el nombre real del cantante, sí les diré que recibió por él un disco de oro y fue el único éxito que
tuvo en toda su carrera, lo que le convierte en miembro de ese suspecto club de
los ‘one hit wonder’, perdonen el
anglicismo, de artistas que dieron en el clavo con una canción y de los que nunca
más se supo. Es sabido que en el mundo de la música, como en casi todos, lo
difícil no es entrar sino permanecer dentro, y para eso es necesaria una mezcla
bien ponderada de talento y suerte que no todos tienen.
Y puestos en antecedentes, vamos a lo mollar ¿no les resulta extraño el
título en lenguaje numérico de la canción? Si les soy sincero, la primera vez
que lo vi, de esto ya ha pasado ya medio siglo, pensé en la frecuencia de una
emisora de radio, la 98.6 de FM. Eran además unos tiempos en los que, por
ejemplo los Estados Unidos, los números decimales
se escribían con un punto en la parte inferior separando enteros y decimales,
así que por qué no.
De hecho no anduve muy descaminado pues ya en el siglo XXI, en concreto en 2017,
una emisora de radio la utilizó con fines conmemorativos. Fue la australiana Smoothfm, que para celebrar su quinto
cumpleaños grabó una versión de la canción reemplazando el 98.6 por sus
frecuencias de emisión, creo que 95.3 y 91.5. O sea que sí, que no anduve
descaminado. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar
en el blog] las palabras en negrilla
y cursiva, si desean ampliar
información sobre ellas.
¿Cómo se escribe, con punto 98.6 o con coma 98,6? Muy interesante la entrada
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