Fumata vaticana y Ciencia. Fumígenos negros

(Continuación) Me recuerda un amable seguidor del blog que esto forma parte de lo que podríamos llamar modificaciones químicas, y que ya en 2013 -una docena de años ya, tempus fugit- enrocamos una cumplida información al respecto.

Fue a propósito del cónclave en el que salió elegido el Papa Francisco, y que por supuesto pueden leer, si están interesados, en Fumata negra, fumata blanca (I), Fumata negra, fumata blanca (y II).

Por cierto, y ya de la que va, me apunta el atento seguidor que el nombre oficial del papa es Francisco y no Francisco I pues, de acuerdo con la tradición vaticana cuando un pontífice elige un nombre que no ha llevado ninguno de sus predecesores, como lo hizo el cardenal Bergoglio, no se le añade el ordinal primero escrito en numeración romana.

Solo empieza a utilizarse cuando otro papa ya ha adoptado ese mismo nombre, como ocurrirá si alguno de los sucesores a la silla de Pedro decide tomar el nombre de Francisco; entonces se llamaría Francisco II. Oído, cocina. Bien, pero a lo que vamos, ¿cómo se han producido los humos en esta ocasión?

Fumata negra: perclorato y antraceno

Desde entonces la producción de cualquiera de las dos fumatas tiene ayuda de la ciencia química y en este caso la del visible humo negro, que significa falta de consenso durante el cónclave y es la más frecuente, se produce por la reacción de tres sustancias químicas: perclorato de potasio KClO₄ (s) y antraceno C₁₄H₂₂O₁₀ (s), dos compuestos químicos, y azufre (s) una sustancia simple.

De los tiempos bachilleres recordar que el perclorato de potasio (KCIO₄) actúa como un potente agente oxidante, aporta oxígeno O₂ (g) a la reacción de combustión y se suele utilizar en la industria pirotécnica y en la producción de explosivos.

Del antraceno -un hidrocarburo aromático policíclico derivado de la antracita, un tipo de carbón- procede su intenso y denso color negro al arder de manera parcial, generando finísimas partículas de carbono.

Fumata negra: antraceno y azufre

Entre otras aplicaciones el antraceno se utiliza como combustible y se emplea de refuerzo en la industria del caucho (fabricación de neumáticos), así como pigmento en tintas, pinturas y plásticos; y también como aditivo conductor en baterías.

Es, como ya habrá supuesto, una de las sustancias que contienen ciertos botes de humo pirotécnicos usados, por ejemplo, en navegación; aquellos con los que en caso de accidente o avería los barcos puedan notificar su posición y pedir ayuda. En la actualidad tiende a usarse cada vez menos por su potencial cancerígeno. (Continuará)

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