domingo, 24 de noviembre de 2024

Premios Ig Nobel, 2024. FISIOLOGÍA (y 2)

(Continuación) Para ellos los efectos secundarios son “similares a los de un enema sin signos importantes de complicaciones” y los resultados son magníficos.

La administración de 200-400 mL de PFD en ejemplares porcinos de entre 10 y 20 kg de masa mejoró su PaO₂ (presión arterial parcial) en 13 mmHg (de 57.2 ± 13.5 hasta 70.8 ± 6.22 mmHg) y la SaO2 (saturación arterial) en un 7 %, del 84 % al 91 %. O sea.

“...la gente se ría, y luego piense”

Recuerde los objetivos de estos descacharrantes premios, aunque su objeto de estudio pueda a priori producir risa y parecer poco útil, sus hallazgos son relevantes de algún modo para la ciencia, como lo es esta osada propuesta.

Y sigo por la vía anal de este protocolo preclínico que no ha sido llevado a cabo por ahora con humanos, pero que los premiados proponen pues afirman que ambos procedimientos, en caso de insuficiencia respiratoria grave, pueden mejorar la supervivencia y la circulación sistémica.

Estiman que para un paciente de unos 60 kg un aporte enteral de 38.6 mL de O₂ mejorará la SaO₂ en un 5 % y la PaO₂ de 10 a 20 mmHg, unos niveles de oxigenación que, en principio, podrían salvar vidas humanas. O sea que.

Hasta donde me consta no se han emprendido estudios clínicos en humanos, y no le negaré que tan sorprendente intervención cuenta con alguna que otra reticencia y algún que otro tabú; no es poco revertir el flujo habitual de gases en el último tramo del sistema digestivo y cambiar la señal de sentido único por otra de doble sentido.

De la COVID y el Nobel

Ya ve por donde voy, así que el asunto de más arriba lo dejo ahí, pero no me resisto antes de finalizar a dar un par de pinceladas más de lo más serias, una relacionada con la COVID-19 y la otra con nuestro nobel Camilo José Cela y una de sus excentricidades.

Respecto a la pandémica, ya medio le he esbozado que ante la falta de suministros de ventiladores y pulmones artificiales se planteó la posibilidad de usar la respiración intestinal, ventilación enteral, para lograr la oxigenación sistémica de los pacientes.

La administración intrarrectal de perfluorocarbono conjugado (PFC) se usó para mejorar la insuficiencia respiratoria grave asociada a la terrible infección y salvó muchas vidas; no obstante, somos millones los que agradecemos que las vacunas hayan podido reducir notablemente su necesidad.

De la segunda, la televisiva y confesada habilidad del escritor para absorber líquidos por el ano, perdón, no es poco lo que se escribió en su momento del asunto por lo que no creo necesaria la iteración. Bastante líneas escatológicas llevamos ya. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 

 

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