(Continuación) Me refiero a ‘Las dos culturas’, escrito por el físico-químico de formación y profesor y escritor por vocación, el inglés C. P. Snow (1905-1980); una expresión que da nombre a un estereotipo cultural contemporáneo, nacido del título de la influyente y homónima conferencia del inglés.
Una cuya tesis se basa en la
idea de que la ruptura de comunicación entre ciencias y humanidades (en
puridad, artes) y la falta de interdisciplinariedad, es uno de los principales
inconvenientes para la resolución de algunos de los problemas mundiales.
Una expresión, ya todo un
tópico cultural, que bien expresa el proceso de cristalización de dos ambientes
intelectuales cada vez más escindidos e incomunicados: artes y ciencias, que da
pie a expresiones populares como ‘¡Ah, yo soy de letras, se me dan los
números fatal…!’ ¿Le suena?
‘Il saggiatore’, 1623
“El ensayista”, publicado por el polímata e influyente y renacentista pisano Galileo Galilei (1564-1642), influyente porque sin entrar en detalles científicos, está considerado como el “padre de la astronomía moderna, de la física moderna y de la ciencia moderna”. O sea.
Pues bien, en este libro que causó
sensación en Roma, sobre todo por su calidad literaria, da una respuesta
-errónea, por cierto- a la naturaleza de los cometas, al suponerlos como rayos luminosos y no como
auténticos objetos celestes. Y nos ofrece una de sus frases más célebres,
enmarcada en este párrafo.
“La filosofía está escrita en
ese libro enorme que tenemos continuamente abierto delante de nuestros ojos
(hablo del universo), pero que no puede entenderse si no aprendemos primero a
comprender la lengua y a conocer los caracteres con que se ha escrito.
Está escrito en lengua
matemática, y los caracteres son triángulos, círculos y otras figuras
geométricas sin los cuales es humanamente imposible entender una palabra; sin
ellos se deambula en vano por un laberinto oscuro”.
‘El gran libro de la naturaleza está escrito en símbolos matemáticos’
Si me apura, la parrafada, es una especie de caligrama del universo y toda una metáfora contenedora en sí misma de la nueva filosofía científica emergente, un libro de la naturaleza escrito en lenguaje matemático. No obstante, como estoy (casi) seguro de que no se le ha pasado por alto, hago una matización.
Galileo acertó en la afirmación de que el lenguaje de la
naturaleza es matemático, sólo que erró, como no podía ser de otra forma, con sus
caracteres y es que no son triángulos, círculos u otras figuras geométricas. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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