Einstein, Nobel y Relatividad. Concesión: Premio en metálico

(Continuación) Dado que no era la verdadera ceremonia de los Nobel, pronunció su discurso sobre la relatividad, se titulaba 'Ideas y Problemas Fundamentales de la Teoría de la Relatividad', y no dijo ni una sola palabra sobre el efecto fotoeléctrico.

Dicen que entre los presentes hubo división de opiniones acerca de esta decisión, pero uno que disfrutó particularmente con ella, el rey Gustavo V, quien al parecer deseaba aprender algo sobre relatividad y aprovechó la ocasión. Puede ser. Se trata de la enésima singularidad.

Gratificación económica

Con el premio recibía además una remuneración económica de alrededor de 120 000 coronas suecas, lo que correspondía en la época a unas diez veces el sueldo anual de un profesor, y que Einstein entregó a su exmujer, la física y matemática serbia Mileva Maric (1875-1948).

De quien se había separado en 1919, el mismo año del eclipse, y en el que habían acordado que le entregaría su importe íntegro y que ella utilizó para comprar tres propiedades y el cuidado de los

dos hijos varones que tuvieron, Hans y Eduard ¿Por qué estaba Einstein tan seguro de que recibiría un Premio Nobel, hasta el punto de comprometerlo tres años antes?

Una cosa es que te nominen (doce años haciéndolo), otra que te lo concedan (10 noviembre de 1922), estotra que lo entreguen (10 de diciembre de 1922) y esotra que lo recibas tú (abril de 1923) al menos en parte.

2023, doble centenario

El caso es que este año celebramos un doble centenario que está pasando sin pena ni gloria o, porqué no decirlo, casi ignorado: uno que vincula al físico relativista, a la España de los años 20 del siglo pasado y al galardón de los galardones.  

El primero, el de la visita de Albert Einstein a España en febrero/marzo y el segundo, el de la recepción del Nobel de Física que en realidad era el de 1921 que había quedado desierto, pero se lo concedieron en 1922, aunque él no lo recibió en 1923.

Un premio que no fue por la relatividad sino por su explicación fotónica del efecto fotoeléctrico , dos ideas lo suficientemente meritorias como para haber recibido un Nobel, como así fue, y que nacieron de la genialidad de un mismo hombre.

No en vano, probablemente se trate del segundo hombre más influyente en la historia de la humanidad, tras el más decisivo de todos, el gran Isaac Newton, y delante, quizás, del siracusano Arquímedes.

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