(Continuación) Y antes de la salida del Sol comenzará la estación con Júpiter y Saturno visibles, desapareciendo éste a finales de agosto con el brillo del alba, mientras que Venus hará su aparición por el este. Al final de la estación, Mercurio comenzará a ser visible.
En lo tocante al satélite, la primera luna llena o plenilunio del verano se dará el 3 de julio, siendo las siguientes 29 o 30 días después, o sea, el 1 de agosto y el 31 de agosto. De las noches de novilunio o luna nueva tendremos también tres: la primera, el próximo 17 de julio, dándose las siguientes 29 o 30 días después, es decir el 16 de agosto y el 15 de septiembre.
Acerca de los cambios estacionales
A modo de prontuario recordar, en relación con estos hechos, que:
1. Tanto equinoccios como solsticios se corresponden con un momento singular que dura
sólo un instante de tiempo, o sea que el cambio astronómico de estación se produce repentinamente. Trato de
decirle que no son una fecha, ni duran un día entero, otra cosa es que
acostumbremos a llamar equinoccio o solsticio al día en que ocurre ese
instante.
2. Por el contrario, el cambio meteorológico de estación no se produce de forma
repentina. El doble y continuo movimiento de rotación y traslación terrestre,
van haciendo que este cambio se produzca de forma gradual y constante, con el
sucesivo transcurrir de los días, semanas y meses.
3. Los cambios
estacionales son distintos para el hemisferio norte y el hemisferio sur del
planeta.
4. La fecha de comienzo de
las estaciones oscila en un periodo temporal de dos o tres días.
Otras observaciones: eclipses y meteoros
Durante este verano de 2023 no se producirá ningún tipo de eclipse. A cambio, y aunque no dispongamos de ningún telescopio, es posible observar las lluvias de meteoros que, de forma ocasional, se producirán.
Las dos más intensas
durante el estío son la delta Acuáridas, cuyo
máximo ritmo se da alrededor del 30 de julio, y la más famosa del verano, las
populares Perseidas, conocidas también como las Lágrimas de San Lorenzo, cuyo máximo se da alrededor del 12 de agosto
coincidiendo con la luna menguante lo que ofrecerá
excelentes condiciones lumínicas para la observación de las estrellas fugaces
durante toda la noche.
En cuanto a las
agrupaciones ficticias de estrellas conocidas como constelaciones, posiblemente el verano es la época del año en la
que más miradas se dirigen hacia el cielo, destacando la espectacular franja
blanquecina que forma la Vía Láctea.
Una especie de banda blanca (Vía Láctea) que representa el brillo combinado de los millones de estrellas que componen nuestra galaxia y que, ciertamente, podemos ver durante el verano en todo su esplendor cruzando el cielo de sur a norte; aunque no es menos cierto que para distinguirla bien hace falta un cielo oscuro. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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