Centenario de Einstein en España, 1923. Del misterio de la pizarra

 (Continuación) Bueno, en realidad y a ciencia cierta, casi nada, ahora le cuento, el caso es que la pista de la pizarra (o pizarras, se habla hasta de dos) se perdió en la noche de los tiempos.

De la pizarra en Zaragoza. Hipótesis

A falta de más información fidedigna le propongo algunas alternativas a este misterio. En principio parece lógico pensar que el rector Royo cumpliera su palabra y mandara custodiar la pizarra y su contenido en algún lugar seguro durante un tiempo; uno del que por desgracia no se tiene el menor conocimiento acerca de su localización, de modo que no sabemos si sigue allí, la trasladaron o si se conserva en la actualidad, donde quiera que esté.

Claro que también podría ser que, dado los tiempos convulsos de los que hablamos y la brutal polaridad política que se vivía en España y se vivió en años posteriores, alguien pensara que “aquel hombre no tenía sitio en el suelo patrio, como les pasó a tantos y tantos otros” y decidiera hacer con ella pues, vaya usted a saber qué.

Asimismo, hay quienes apuestan por unas explicaciones más prosaicas y factibles: bien que la expoliaran, ya sabe; bien que se perdiera en una mudanza como la que tuvo lugar en 1962, cuando la Facultad de Ciencias dejó de compartir sede con la de Medicina al trasladarse al campus de San Francisco; en fin.

De la pizarra en Zaragoza. Factura

En general y por desgracia son más bien pocas y no muy atractivas las imágenes que existen de las actividades de Einstein en España, y más en particular de las científicas, como la de estar escribiendo en la pizarra con la otra mano metida en el bolsillo del pantalón, algo que solía hacer.

Ninguna que sepamos ante una pizarra española, aunque eso no significa que no exista o haya existido una y maña, sí, existe un hilo de esperanza de que hubiera al menos una. Un hilo en forma de factura del que tirar, que traería a nuestras manos una posible fotografía tomada a la susodicha pizarra perdida de Einstein.

Se trata de una factura que el 20 de abril de 1923 el fotógrafo Lucas Cepero emitió a la Universidad de Zaragoza bajo el concepto “Una ampliación gráfico de Einstein” y con un importe de treinta y cinco pesetas y veinte céntimos (35,20 Ptas).

Por desgracia dicho trabajo de ampliación no se ha conservado, por lo que no tenemos manera alguna de saber si corresponde a una imagen tomada de dicha pizarra, y tampoco la factura aporta más información, aunque sea administrativa, nada en los libros de contabilidad universitarios, que pudiera darnos una pista.

Pizarra, o pizarras, y fotografía de gran tamaño al parecer corrieron la misma suerte quedando borradas por el paso del tiempo o quizás, por fortuna, sólo hayamos perdido su pista. (Continuará)

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