lunes, 26 de junio de 2023

Centenario de Einstein en España, 1923. “Té con una aristócrata señorita”

(Continuación) A un intelectual de melena negra y leonina, con un burlón sentido del humor; a un académico brillante, a la vez que ingenuo y distraído; a un genio que de estudiante había suspendido las matemáticas; y a un judío que era suizo y alemán. En fin, lo dicho, una mina de oro para los chicos de la prensa.

Sin embargo, la imagen de Einstein de esta época, aunque es la de un científico atípico, complejo y brillante, está lejos aún de la estereotipada, ésa que nos lo muestra con melena gris despeinada, pantalones fondones, aspecto desaliñado y mirada bonachona. La del gurú en el que se convirtió tras su marcha a EE. UU, para la que aún queda.

‘Periodismo de sociedad’

Por lo que nos centraremos en lo que nos trae, aquello de los “ecos de sociedad” o “periodismo de sociedad”, ya me entiende, esos artículos o reportajes en un periódico o revista sobre una serie de personajes pertenecientes a un grupo privilegiado. Uno de cierta relevancia social y cuyas cuitas (nacimientos, comuniones, puestas de largo, bodas o entierros) se considera que pueden ser del interés de los lectores.

Una sección que estuvo de moda hasta los años 70, y que a partir del boom de los medios de comunicación dieron un giro copernicano convirtiéndose en lo que se dio en llamar “prensa rosa”, y a ocupar grandes espacios en radio, televisión y suplementos de los más importantes periódicos.

Y cuyos contenidos eran al principio noticias del corazón y el alma para, muy poco después, pasar a ser también de las vísceras y de más abajo aún, sí de la entrepierna, seguro que me entiende; hablo de la “prensa amarilla”, de la vida y miserias de famosos y famosuelos dispuestos a vender sus amores, desamores y amoríos. Qué le voy a contar a usted a estas alturas de la vida, que ya no sepa o se imagine.

“Después, té con una aristócrata señorita”

Bueno, pues en esta línea van los siguientes renglones, de ecos de sociedad relacionados en primera o segunda derivada con el genial físico que, dicho sea de paso, apenas se cortaba para según qué cosas, y es que él tenía también lo suyo en estos asuntos.

Por ejemplo, en la entrada de su diario personal, correspondiente al domingo 4 de marzo de 1923, durante su estancia en Madrid, escribió “Paseo en coche con los Kocherthaler. Escribí una respuesta al discurso de Cabrera en la Academia. Por la tarde, una reunión en la Academia con el rey como presidente. Después, té con una aristócrata señorita”.

Y no hay nada más escrito acerca de la naturaleza del encuentro con la aristocrática señorita, pero bueno, ¿cómo puede ser eso, dadas las circunstancias? (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 

 

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