(Continuación) A poco que busque se topará con numerosas versiones de esta ilustración flammmarionana, en negro y blanco y coloreadas, una circunstancia cromática que si bien le añade algún valor estético no podemos decir que sume al científico, que no es otro al que podemos expresar como, cuando la ciencia abrió las ventanas.
En este sentido y como prueba
de la fascinación que aún sigue ejerciendo esta imagen, un conocido me ha
pasado una pista magnífica y relativamente reciente. Nos lleva al astrofísico,
escritor y divulgador científico estadounidense Neil deGrasse Tyson (1958) y a la serie que presentó la década pasada. (Cine y ciencia ficción).
Cosmos: Una odisea de tiempo y espacio
(Cosmos: A Space-Time Odyssey) es su título
y en concreto nos interesa su primer capítulo, ‘En medio de la Vía Láctea’) estrenado
en marzo de 2014, y donde reflexiona sobre la enorme importancia de Cosmos:
un viaje personal de 1980, el original del polifacético estadounidense Carl Sagan (1934-1996),
y sus objetivos.
Ése donde nos dice, ‘El Cosmos es todo lo que es o lo que fue o lo que será alguna vez’.
‘En medio de la Vía Láctea’
En su serie, Tysson, nos enseña la
Nave de la Imaginación -dispositivo narrativo para explorar el pasado,
presente, y futuro del cosmos- y nos muestra dónde estamos como planeta dentro del
universo conocido, dando como dirección más particular el Supercúmulo de Virgo o Local.
Desde allí nos explica cómo la
humanidad no siempre lo ha visto así, y describe las dificultades y persecución
sufrida por el renacentista italiano Giordano Bruno (1548-1600), al desafiar el modelo geocéntrico que por
entonces prevalecía sostenido por la Iglesia católica.
Y para mostrarnos su visión del
orden cósmico, el modelo heliocéntrico, emplea una adaptación animada (a partir
de 19:30) del grabado
Flammarion, sí, la ilustración de finales
del siglo XIX, puesta al día a inicios del XXI.
Algo más de siglo y cuarto, 135 años, distancian ambas adaptaciones que sin embargo están unidas por un mismo objetivo: llevar a cabo la mejor divulgación de ciencia posible.
De la autoría del grabado
Volviendo a nuestra estampa decimonónica
ya le adelanté que, por lo que sabemos a ciencia cierta, se trata de una obra
anónima que para unos la realizó un artista contemporáneo al francés, mientras que
otros sostienen que, quizás, sea muy anterior.
Y así no faltan quienes quieren
ver en esta icónica ilustración, una típica estampa del Renacimiento alemán (siglos
XV y XVI), una línea de investigación a la que parece ayudar el texto que le acompaña,
recuerde: “Un misionero medieval dice…”. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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