Entre Pestaña y Einstein
Tuvo lugar el 27 de febrero cuando asistió, invitado por los comités de la CNT, a una de sus reuniones. Fue aquí, y entonces, cuando dicen que dijo: “Yo también soy revolucionario, si bien científico, y sigo con atención todas las cuestiones sociales.
Esa represión de la que me
habláis, me parece que contiene más estupidez que maldad. Hacéis resaltar las
cosas malas, pero también hay cosas buenas en el régimen actual”.
Lo que sí parecen confirmadas son estas tres afirmaciones. Una,
cuando recomendó a los sindicalistas que leyeran al filósofo racionalista neerlandés
Baruch Spinoza (1632-1677), “fuente de muchas cosas buenas y consejos
muy oportunos”.
Otra, con la que expresó su preocupación por el enorme analfabetismo
existente en España, sólo comparable con la de Rusia. Y estotra, cuando al despedirse
lo hizo con las siguientes palabras: “Que en la próxima lucha tengáis más
suerte y un éxito completo”.
Relatividad y revolución
En su opinión la relatividad no supuso una revolución
en el mundo de la ciencia sino más bien una continuación, una extensión o una culminación
(“traducción” fue otro de los términos que empleó) de la física clásica de Galileo,
Newton y Maxwell. Él no hizo más que expresar algunas consecuencias
derivadas de investigaciones anteriores, intentando conservar todo lo
que se pudiera de la física clásica y eliminar sólo lo que obstaculizara
el avance de la ciencia.
De ahí que aconsejara a los obreros catalanes moderación a la
hora de ponerse a destruir o renovar, porque no todo lo antiguo es malo. En sus
propias palabras, ‘El nacionalismo es una enfermedad infantil; es el
sarampión de la humanidad’. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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