Centenario de Einstein en España, 1923. Acerca de las conferencias: Incomprensión popular

(Continuación) En palabras del propio Einstein “lo que ocurre es que, en presencia de una masa, el espacio-tiempo se ‘deforma’, de modo que cualquier otra masa nota ese espacio deformado, y se ve obligada a seguir trayectorias diferentes a cuando estaba el espacio sin deformar, sin ninguna masa”.

Continuo espacio-tiempo

Él trató de explicar su teoría de la relatividad general pensando que el espacio-tiempo se dispone como una lámina de goma curvada por objetos masivos depositados en ella como las estrellas, los planetas o los satélites; cualquier objeto en las proximidades de uno de esos cuerpos masivos se sentirá atraído por él.

Una deformación del espacio-tiempo que implica que el espacio adquiera una geometría diferente de la que estamos habituados, el llamado espacio plano o euclidiano, y que modelizamos con la simulación de una malla elástica que se deforma cuando una masa está o se desplaza por ella.

Una imagen que todos tenemos en la mente y que el físico teórico estadounidense John Archibald Wheeler (1911-2008) resumió en una frase fantástica, ‘El espacio-tiempo le dice a la materia cómo moverse; la materia le dice al espacio-tiempo cómo curvarse’.

Incomprensión popular

Pero acertó de pleno, vuelvo al catalán Comas, al escribir sobre la repercusión social de su visita: “Ese público… ha quedado mucho más desorientado que antes, a causa de no haber entendido nada… no vio por ninguna parte las relaciones que esperaba, y no sintió su espíritu ni un momento sugestionado por la oratoria del disertante”. Toda una agudeza.

Era la opinión más generalizada de los cronistas en los medios impresos de comunicación, la de que casi nadie del público había sacado nada en claro de las palabras del físico y salían “con los ánimos en suspenso, llenos de turbación y desaliento”.

Según el filósofo Joaquim Xirau Palau, que estuvo presente en todas las conferencias barcelonesas: “Del centenar de los concurrentes debía de haber cuatro o cinco que las siguieron perfectamente, quizás una docena adivinarían algo a base de esfuerzos y el resto no entendía nada”.

Mucho más contundente estuvo el periodista Joan Colominas del diario El Pueblo en su artículo del 2 de marzo. (Continuará)

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