(Continuación) Y pocos meses después, al año siguiente, el del “primer hollamiento lunar”, España producía sus primeros gramos del isótopo para uso militar; era un plutonio patrio, de raza española, y con nombre y olor a toro, ya sabe, por lo de “Islero”.
Guarismo del toro
Ya de la que va, y sin
solución de continuidad, paso de la física nuclear a la tauromaquia aunque sea
vista ésta desde la barrera material de la plaza o la electromagnética del
televisor; es decir sin peligro alguno, pues es poco más que un recordatorio.
Fue en diciembre de
1968 cuando salió la orden ministerial por la que las reses bravas debían
llevar grabado a fuego, en su brazuelo derecho, el último dígito de su año de
nacimiento, me refiero al año
ganadero, el que aplican en el campo los criadores de bravo.
Una medida de tiempo que no siempre se corresponde con la del año calendario gregoriano, del que por cierto en este mes y en este ínterin de días celebramos los primeros cuatrocientos cuarenta (440) años de existencia.
Y nada más acerca del
número del hierro que se conoce como guarismo, y del que ya hay algo enrocado por lo que lo dejo aquí. Pero que
conste, el miura “Islero” no
portaba ninguno (es el del centro de la fotografía) cuando, en la tarde del 28
de agosto de 1947, setenta y cinco años desde entonces, cogió en el coso de
Linares a Manuel Rodríguez
‘Manolete’.
Brindis del matador
Si se fija en la fecha,
la de la oficialidad del guarismo, tiene lugar dos años después de la de las bombas termonucleares de Palomares, y es la misma en la que el
astigitano matador de toros Jaime Ostos (1931-2022), dejaba caer su particular bomba en la plaza de Marbella, eso sí, ésta en
forma de brindis, pero no por ello menos destructora.
Uno conocido como “el brindis sobrecogedor”, lo de sobrecogedor entendido en la segunda acepción del Diccionario de la Lengua Española (DLE) de “recaudador”, no en la primera de “que sobrecoge”; es decir como sustantivo común y no como adjetivo calificativo.
Le remito a lo enrocado
acerca de la sobrecogedora noticia taurómaca, toda una revolución en el mundo del
toro, pero ya le advierto que el año 1968 fue lo que se dice el de la revolución
social, científica y tecnológica.
Revolucionario 1968
Solo con mencionar “mayo del 68”, si tiene usted ya una edad amable lector, bastará
para ponerle en contexto. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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