Brindis taurinos: Jaime Ostos y bomba nuclear (1)

(Continuación) Ahora sí -tras los interesantes apuntes humanísticos (ciencias y artes), vinculados con los brindis decimonónicos y de la Antigua Roma-, continuamos con otro de los más famosos que en el mundo de la tauromaquia han sido.

Jaime Ostos (1931-2022)

El de hoy protagonizado como brindador, por un matador de toros de arrolladora personalidad dentro y fuera del coso, que nunca dejó indiferente a nadie por su valor ante el astado y su proverbial locuacidad. Me refiero al torero astigitano y al brindis que tuvo lugar en la plaza de Marbella en 1968, a punto de que empezara lo que algunos llamaron el tardofranquismo.

Uno que el valentísimo torero de Écija (‘Corazón de León’, Carvajal dixit) le dedicó a un renombrado periodista taurino de la época y ha pasado al anecdotario taurino como “el brindis sobrecogedor”.

Lo de sobrecogedor entendido en la segunda acepción del Diccionario de la Lengua Española (DLE) de “recaudador”, no en la primera de “que sobrecoge”; es decir como sustantivo común y no como adjetivo calificativo. ‘Sobrecogedor’ porque ‘coge el sobre’.

‘Proyecto Islero’

Por cierto, y en relación con el adjetivo, no puedo dejar de mencionar un hecho acontecido en estos años sesenta, y quizás no lo suficientemente conocido, que vincula la física nuclear, en concreto una bomba nuclear de fisión, con la tauromaquia y España.

Como lo lee, aunque parezca un oxímoron la presencia en la misma frase de bomba nuclear, tauromaquia y España. Me refiero al llamado ‘Proyecto Islero’, que pretendía la fabricación de una bomba nuclear española, y que en 1964 ya disponía de toda la documentación necesaria para ello.

Recordar que dos años después, enero 1966, tuvo lugar el accidente de Palomares, con la caída de cuatro bombas termonucleares, también conocidas como bomba de hidrógeno o bomba H.

Sí, el nombre se tomó del toro de la ganadería de Eduardo Miura, que en 1947 corneó mortalmente al mítico matador Manuel Rodríguez “Manolete”, el IV Califa del Toreo, y dejo este tema, entre taurómaco y nuclear, aquí.

Ya, lo sé, planteado así es como ver los toros desde la barrera, pero qué quiere que le diga, cada día trae su afán y el de hoy corresponde al brindis sobrecogedor. Si se fija en las fechas, dos años después de lo de Palomares, Ostos, dejaba caer su bomba. (Continuará)

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