(Continuación) Desecho el equívoco acerca de la autoría -una batalla librada entre la autenticidad del religioso alemán Niemöller, el oportunismo del compatriota comunista Brecht y la ignorancia del que firma ‘Anónimo’-, es hora de ponernos manos a la obra en lo que se refiere tanto a su contenido como a su origen.
Y todo con la finalidad de deshacer el enorme malentendido que acompaña a este texto, atravesado desde hace décadas por el error frecuente, la contradicción existencial, el cambio permanente de sus formas, la aprobación post mortem de su versión escrita y la desfachatada falacia de ciertos “demócratas”. Lo dejaré ahí.
La verdad de la mentira: Contenido
Como seguro ya se habrá imaginado, su historia
no es ajena a las terribles vivencias de su gestor junto a comunistas,
socialdemócratas y judíos en los campos de concentración
nazis.
Ellas fundamentaron el contenido y destino del escrito, que se empezó a pergeñar durante una visita que Niemöller realizó al campo de Dachau, una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, allá por noviembre de 1945.
Sin lugar a duda, el pastor luterano hace
referencia a las aterradoras consecuencias que se derivan de un hecho, aquel en
el que los hombres no ofrecen resistencia a las tiranías, cuando éstas empiezan
a establecerse.
Nos previene del peligro de la indiferencia
humana y va dirigida a los intelectuales alemanes que por cobardía -entre otros
factores- permitieron el ascenso de los nazis al poder y sus horrendos
resultados, entre ellos las subsiguientes purgas de grupos de seres humanos.
Indiferencia como antesala a una puerta abierta al Mal (con mayúscula), eso es lo que viene a ser esta especie de axioma, con profundo sentido universal, que se me hace muy parecida a una cita, la pronunciada dos siglos antes por el padre del liberalismo conservador británico, el polímata Edmund Burke: ‘Lo único necesario para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada’.
La verdad de la mentira: Origen.
Hasta donde me consta,
el escrito tiene que ver con el periodo que el pastor luterano permaneció en
los campos de concentración, y lo pronunció por primera vez en el sermón de la
Semana Santa de 1946, en Kaiserlautern, Alemania. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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