Continuando por la zona izquierda de la fachada principal del edificio -recuerde, la que está enfrente de los Jardines del Valle-, y a la derecha de la cartela del francés Roux, última de la calle Salesianos orientada al noreste (NE), nos encontramos con el apellido de un químico, el del sueco Jöns Jacob Berzelius (1779-1848) quien, junto a John Dalton, Antoine Lavoisier y Robert Boyle, está considerado como uno de los “padres de la química moderna”.
No en vano diseñó el moderno sistema de notación y
nomenclatura química, descubrió tres elementos -torio (Th), cerio
(Ce) y selenio (Se)- y aisló otros tres -circonio (Zr), silicio
(Si) y titanio (Ti).
Además, corrigió algunos errores de masas atómicas de la tabla de elementos de Dalton (1808) y, en opinión de no pocos, está considerado como el primer químico analista del siglo XIX. O sea que bien. Y a su derecha el último reconocimiento ventanero que hay en la fachada, antes de llegar a la puerta principal.
Lleva el nombre de uno de los tres españoles que aparecen
homenajeados en el edificio, el tarraconense de Corbera de Ebro Jaime Ferrán
(1851-1929) médico y bacteriólogo que, con muy pocos medios y siguiendo la
estela investigadora de Pasteur, desarrolló la primera vacuna contra el cólera
aplicable en humanos.
También, en esa misma línea de investigación a partir del
debilitamiento de la bacteria que los provoca, elaboró vacunas contra el tifus
y la tuberculosis.
Calle María Auxiliadora (2). Al otro lado de la puerta principal -con sus impresionantes rótulos nominativo y cronológico, LABORATORIO MUNICIPAL y AÑO 1912, seguimos en la fachada orientada al noroeste (NO)-, podemos leer el segundo apellido del segundo homenajeado español, que de segundón no tiene nada.
Se trata nada menos que del navarro de Petilla de Aragón,
Santiago Ramón y Cajal (1852-1934), médico, investigador y nuestro
primer gran laureado en ciencias, al recibir en 1906 el Premio Nobel de
Medicina y Fisiología. Fue al año siguiente del galardón de Koch y hubo que
esperar cincuenta y tres más para que otro español lo recibiera.
Me refiero, claro, a Severo Ochoa que lo obtuvo en 1959, siendo los dos únicos nobeles científicos de los siete que, en los más de cien años que tienen estos galardones, lo han logrado: dos en medicina y cinco en literatura. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
[**] Esta entrada fue publicada el 07 de febrero de 2022, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.
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