Y tras la primera entrega introductoria y generalista de esta nueva categoría bloguera, pasamos sin solución de continuidad a la primera de las concretas empezando por una calle, la verdad no muy señera ni acorde con la relevancia del personaje en Sevilla. Juzgue usted mismo.
Alfonso X el Sabio
Rey de Castilla, León y Sevilla
es el último nombre del listado que la semana pasada le ofrecía para
esta nueva singladura divulgativa, ‘De Ciencia por Sevilla’, en la que
nos hemos embarcado con el arranque de año y que, obvios motivos de oportunismo
temporal le hacen ser un magnífico candidato para el primer puerto en el que
atracar.
Alfonso, un rey al que en vulgo decir terenciano nada de lo humano le era ajeno, que gozaba de una deslumbradora e impresionante curiosidad por todo o casi todo, y creo no exagerar lo más mínimo, pues estamos ante uno de los monarcas más complejos y con mayor ambición política y cultural de toda la Edad Media.
Un hombre incansable en su
quehacer pues unificó jurídicamente las leyes en los distintos reinos, impulsó
la Mesta, creó un
sistema de aduanas, fortaleció la escuela de traductores de Toledo, potenció el
uso del romance sobre el latín, etcétera.
En definitiva, se centró en
muchos de aquellos campos de conocimientos que tienen que ver con el ser
humano. Un rey que, si se piensa bien, inició el astronómico giro copernicano y,
a cambio, tiene rotulada una céntrica calle en Sevilla que no es fácil de
encontrarla en el callejero. Como lo lee.
Calle Don Alonso el Sabio
Así es como se llama, con ese doble despropósito de tratamiento y nombre que, para más inri, no son los únicos perpetrados, verá por qué le digo esto. Uno, el del protocolario “Don” como expresión de respeto, cortesía o distinción social, es una deferencia muy poco usual en el callejero, dicho sea de paso.
El otro, producido por la
asimilación del grupo ‘lf’ por ‘l’, de modo que aparece Alonso como variante
fonética de Alfonso, crea confusión. Y juntos, estará conmigo, no hacen fácil
encontrar en el nomenclátor la calle dedicada a Alfonso X el Sabio.
Una vía que, por si no cae
ahora, le recuerdo comienza en la calle
Puente y Pellón y termina en Pérez Galdós, vamos que por esas curiosidades aleatorias de nombres y
mapas es como decir que se encuentra entre dos paradigmas de la vida
trashumante: la del político
montañés que bajó hasta Sevilla y la del escritor canario que subió a la península. En fin. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] Esta entrada fue publicada el 17 de enero de 2022, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.
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