‘Dicebamus hesterna die’. Otros dichos

(Continuación) No solo no aparece en ningún escrito del fraile ni la menciona ningún otro cronista o literato de la época, algo realmente sorprendente dada la relevancia del personaje y el supuesto sucedido, sino que la primera referencia documentada se produce tras la muerte del agustino y nos llega de la mano del italiano Nicolás Crusenio (-1629) en su obra ‘Monasticon Augustinianum’ de 1623.

Un texto bastante tardío y algo hagiográfico en la opinión de no pocos exégetas, para quienes la frase fue solo una (afortunada) invención y la anécdota una magnífica leyenda. Por otro lado, hay datos físicos y temporales acompañando al suspecto sucedido, que restan credibilidad a esa primera aparición docente luisiense.

Entre otros el tiempo transcurrido hasta que como profesor pudo incorporarse, la cátedra que en realidad ocupó que no fue la suya o la misma oportunidad física de la cita. Sin embargo, no hay que negar la mayor y rechazar de plano que la pronunciara o una similar. No.

Sus biógrafos cuentan que solía iniciar sus clases resumiendo lo explicado en la clase anterior, una práctica a la que los docentes solemos recurrir, por lo que no sería de extrañar que alguien, alguna vez, la hubiera oído de sus labios. Una frase que con el tiempo hizo fortuna y, tácitamente, se volvió a oír en boca de otros no menos conocidos y reconocidos personajes.

Otros ‘Como dijimos ayer’

Uno pertenece al pasado siglo XX y, es curioso, tuvo lugar en el mismo marco de la universidad salmantina. Me refiero al protagonizado por el escritor y filósofo Miguel de Unamuno (1864-1936) quien, en cierta ocasión, dijo de sí mismo que solo era “una m entre una y uno”. No me digan, un grande sin duda.

El otro dicho fue pronunciado ya en este este siglo y no hace mucho por un tal Sánchez, quien sin duda alguna se tiene en mucha más alta estima que se tenía el intelectual de la generación del 98. Prueba de ello es que, en una “lozana” obra, nos imparte toda una didascálica lección de historia al dar rango de categoría a la cita, además de su autoría correcta.

Sí, en su docta opinión no es luisística sino de un alumno suyo el fontivereño religioso y poeta místico San Juan de la Cruz (1542-1591), o sea que es sanjuanera si me lo permite. Pero estas son otras historias que deberán ser contadas en otro momento pues, al fin y al cabo, qué sabrá uno, que dijo aquél, o una, que dijo aquella. Igualdad.

Aunque con algo de retraso, el motivo de estas entradas no es otro que conmemorar que el 21 de agosto de 1591, estamos en su cuadringentésima trigésima (430.ª) conmemoración, murió el renacentista belmonteño, si bien algunos autores apuntan a que el óbito ocurrió el día 23, otros que fue el 24 y estotros que el 25. (Continuará)

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