Al lector atento y avisado del blog es muy probable que no se le haya pasado por alto que el planeta del título, forma parte de esa panoplia de Hitos de Ciencia del pasado Año del Señor de 2020, como uno de esos acontecimientos científicos a reseñar, si bien no es menos cierto que no se trataba de uno de los más destacados.
No, pero ahí estaba,
entre los grandes, lo que sabido es nunca resulta fácil.
Hitos de Ciencia, 2020
Entre otros, y según mi
más que prescindible opinión, podemos encontrar desde la secuencia genética del
nuevo coronavirus por parte de China y la extraordinaria búsqueda
contrarreloj de vacunas contra el SARS-CoV-2, piense que,
prácticamente, transcurrieron solo doce meses desde su hallazgo y comienzo de
producción.
Hasta el desarrollo de la tecnología CRISPR y su posterior reconocimiento con el máximo de los galardones humanos, entiéndase el Nobel. O la detección de la fusión de dos agujeros negros, merced a la generación de ondas gravitacionales descubiertas por dos observatorios terrestres, LIGO y Virgo.
Pasando por las
incógnitas que aún despierta la expansión de nuestra especie por América.
Y el pistoletazo de salida dado para ver qué país, la cosa parece estar entre
EE. UU. y China, es el primero en traer a nuestro planeta rocas de Marte,
“el planeta rojo”. Ojo entonces, con el silente telúrico.
Marte prehistórico
Pero el interés del
hombre por él viene de mucho tiempo atrás, prácticamente desde que el hombre es
hombre y empezó a mirar al cielo. Así es como descubre a simple vista hasta siete
cuerpos brillantes que hoy conocemos como: Mercurio, Venus, Luna,
Marte, Júpiter, Saturno y Sol.
Resulta emocionante imaginar a nuestros antepasados escrutando con estupor y miedo los cielos nocturnos, intentando adivinar qué eran esas luces que a lo largo del tiempo cambiaban de posición (planetas y Sol), o de posición y de configuración (Luna y sus fases).
Se trata de una
astronomía ancestral que surge cuando la humanidad deja de ser nómada y se
convierte en sedentaria, forma comunidades y civilizaciones y muestra dedicación
a los astros. Desde entonces, la que está considerada como primera ciencia
observacional, se ha encargado de analizarlos y comprenderlos.
Es por ello que ha
estudiado y estudia: los cuerpos celestes del cosmos; los fenómenos
astronómicos ligados a ellos y las leyes naturales que los rigen; o el origen,
desarrollo y destino del universo, gracias a su conjunción con disciplinas como
cosmología, astrofísica, astroquímica o astrobiología, entre otras. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
Un titular de lo más sugestivo. Promete.
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