(Continuación) Le hablo del archi famoso perfume que la gran modista Coco Chanel (1883-1971) mandó fabricar a uno de los perfumistas de referencia en la Europa de principios del siglo pasado, Ernest Beaux (1881-1961).
Y con el mandato de 1921, una sola indicación: “No quiero un perfume que huela a rosas sino a mujer”, eso era todo lo que le pedía, y que el ruso tuvo listo un mes de mayo de hace ya un siglo. Así que andamos de celebración del centenario de la icónica esencia.
Cien años ya sin que su fórmula apenas haya
experimentado cambios, ni cualitativos ni cuantitativos. Una composición
excepcional y novedosa que lo ha hecho eterno, y cuya fórmula magistral sigue
siendo sin duda todo un misterio.
Estamos ante uno de los secretos mejor guardado de
la historia de la humanidad, si bien, desde el punto de vista químico, perdone
la deriva profesional, algo le puedo descubrir de ella.
Una química excepcional
Fue excepcional su composición porque, mientras en esa época los perfumes se preparaban a partir de una sola nota floral, el N.º 5 Chanel está compuesto por un buqué floral que incluye más de 80 ingredientes.
Entre ellos: la verdosa-amarillenta o en ocasiones
rosa, flor del ylang-ylang, un árbol oriundo de la India, Java y
Filipinas; la flor de azahar, asociada normalmente al naranjo, aunque
también al limón y el cidro; la rosa, flor del rosal de la que, como en
las anteriores, se extrae aceite esencial que se utiliza en perfumería,
cosmética, medicina (fitoterapia) y gastronomía.
Además del jazmín, tan apreciado en Andalucía
como objeto de adorno en el pelo, para ahuyentar a los mosquitos o para
fabricar té; la madera de sándalo de India; la vainilla de Bourbon, un tipo de orquídea; la rosa
de mayo, una flor silvestre mexicana; el nerolí
de Grasse; y un largo, largo, etcétera.
Una química novedosa
Y fue novedosa, porque llevaba dos materias primas que lo cambiaron todo. El vetiver de Bourbon, una planta medicinal, que a partir de ese momento se convertiría en uno de los mejores estabilizadores de fragancias en la industria cosmética.
Y un compuesto orgánico sintético que estudiamos en
la química bachillera y sirve para intensificar y fijar todos estos olores
florales, los aldehídos. Recuerde de los tiempos escolares, esos
compuestos orgánicos caracterizados por poseer el grupo funcional denominado carbonilo
y de fórmula -CHO, que tanto se parecen a los alcoholes y se nombran
cambiando la terminación -ol por -al.
A propósito de la inspiración que le llevó a crear esta
fragancia, Beaux, parece ser que declaró en alguna que otra ocasión, que ésta
surgió cuando regresaba del círculo polar ártico en plena Primera Guerra
Mundial y durante el fenómeno del Sol de medianoche. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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