(Continuación) Tampoco se debe depositar sobre suelos laminados o cerámicos, y nunca almacenarse en sótanos o en habitaciones pequeñas sin ventilación suficiente ya que el gas CO2 es mucho más denso que el aire, una mezcla de gases, por lo que tenderá a acumularse en los niveles más bajos de la habitación, con el consiguiente peligro de asfixia.
Si lo va a trasladar,
es prudente que abra unos minutos antes puertas y ventanas, a fin de que se
ventile convenientemente la habitación. Por último, si lo ha de transportar en
un vehículo, debe hacerlo siempre en un compartimiento separado de cualquiera
que viaje en el mismo, y mantener las mismas medidas anteriores a la hora de
descargarlo.
Ni que decirle tengo que el hielo seco ha de estar siempre lejos del alcance de los niños y las personas no expertas en su manejo. Y le digo esto último por la fatal noticia con la que los medios de comunicación nos sorprendieron a primeros de este mes marceño.
El cumpleaños de la influencer y la piscina carbónica
Le supongo al tanto de
tan luctuoso sucedido. Una tal Ekaterina Didenko -por lo que leo una
conocida influencer de origen ruso, con más de un millón de seguidores
en Instagram- celebró el pasado 28 de febrero su 29.º cumpleaños con una
fiesta, que incluía bañarse en una piscina a la que previamente habían echado unos
treinta kilogramos (30 kg) de hielo seco, con la inocente intención de
crear el famoso efecto de humo.
Lo que ignoraban ella
y sus invitados eran los otros dañinos efectos que el contacto, inhalación e
ingesta de este producto pueden producir, como así fue por desgracia ya que la
fiesta acabó en tragedia, a pesar de que los invitados iban vestidos con trajes
protectores y máscaras.
No obstante, su
inexperiencia y mal uso del compuesto solidificado hizo que, al interaccionar
con el agua, produjera dióxido de carbono gas, CO2 (g), y
siete personas resultaran intoxicadas y con quemaduras químicas, y tres murieran
a causa de un edema pulmonar, entre ellos el marido de la propia instagramer.
Una desgraciada historia de agua y hielo seco. (Cambio de la copulativa 'y' por 'e')
Originales nexos carbónicos (Faraday, Comte y Dalton)
El hielo seco fue
descubierto en 1835 por el inventor francés Adrien-Jean-Pierre Thilorier (1790-1844),
si bien en ese momento no se percató del todo hasta que un grupo de científicos
de la Academia Francesa de Ciencias se lo explicó. No obstante, él no
fue la primera persona en licuar dióxido de carbono ya que doce años antes, en
1823, lo hizo el físico británico Michael Faraday (1791-1867).
Entre otros inventos técnicos,
Thilorier, desarrolló y patentó: una lámpara hidrostática para faros (1826); una
máquina para comprimir gases (1829); y una bomba de vacío hidrostática (1832).
Buena prueba del valor científico de sus investigaciones sobre los gases nos la da el hecho de que, el positivista francés Auguste Comte (1798-1857) le dedicara el vigésimo día del noveno mes (Gutenberg) de su calendario positivista (1849) junto al naturalista británico John Dalton (1766-1844).
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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