domingo, 1 de noviembre de 2020

James Randi. Obituario (2)

(Continuación) A comienzos de los años 50 ya era sobradamente conocido como ilusionista y escapista, lo que le hizo trabajar en un programa en directo para niños de la televisión, titulado Wonderama, donde aparecía como The Amazing Randi (“El asombroso Randi”) que pasó a ser su nuevo nombre profesional. El de una estrella conocida y reconocida ya del espectáculo.

The Amazing Randi

En febrero de 1956 permaneció ciento cuatro minutos (104 min) en un ataúd metálico sellado y sumergido en una piscina de hotel, que fue emitido en el programa ‘The Today Show’ de la NBC estadounidense. Un truco que hizo historia pues rompió el anterior récord de noventa y tres minutos (93 min) del mismísimo Harry Houdini (1874-1926), ilusionista y escapista austrohúngaro nacionalizado estadounidense con quien guarda ciertas semejanzas profesionales y escépticas.

Durante años, Randi, maravilló al público liberándose de camisas de fuerza colgado por los pies (en una ocasión sobre las cataratas del Niágara), haciendo levitar a sus ayudantes, escapando de un ataúd cerrado con llave bajo el agua, leyendo las mentes y replicando todo tipo de fenómenos paranormales.

Y continuó apareciendo en la televisión donde le invitaban con frecuencia, por ejemplo en la emisión radiofónica de Long John Nebel en la emisora neoyorkina WOR, donde dirigió su propio espacio, The Amazing Randi Show, entre 1967 y 1968, y del que tuvo que despedirse tras las quejas del arzobispo de Nueva York por unas supuestas declaraciones religiosas suyas.

“No hay nada mejor que un ladrón para atrapar a otro ladrón”

Es entonces cuando da un giro a su trayectoria y pone fin a sus presentaciones tras un breve comunicado acerca de sus supuestos poderes: “Son todos trucos, no hay nada sobrenatural”. Y muta su carrera artística por una cruzada escéptica contra los engaños y fraudes relacionados con la parapsicología, el ocultismo, lo sobrenatural, la homeopatía, lo paranormal y otras pseudociencias, desenmascarando a charlatanes y farsantes que tratan de sacar dinero de la ignorancia y necesidad de las personas, mediante sus trucos de magos.

Una panoplia de falacias y milongas que él denominó temas “woo-woo”, una expresión que acuña, se puede utilizar como sustantivo y adjetivo informal, para referirse a esas ideas o métodos que se basan en creencias falsas o cosas imaginarias, en lugar de la razón o el conocimiento científico.

Y a combatirlas dedica el resto de su vida siguiendo un camino que ya había iniciado de manera eficaz el gran Houdini, hacer del ilusionismo un arma contra la superchería, un instrumento de la razón con el que desenmascarar a desalmados y embaucadores. Se convierte en el mayor y más combativo escéptico del país y tal vez del mundo, porque es cierto que no hay nada mejor que un ladrón para atrapar a otro ladrón. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 

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