(Continuación) Lo mollar es que tras 172 años llamándose calle Burro pasó a ser la del rey sabio, los que van desde 1713 a 1845, y desde entonces han transcurrido casi otros tantos, 175 en concreto, que son los que lleva la denominación que conserva en memoria de Alfonso X (1221-1284), rey de Castilla, León y Sevilla.
Un monarca cuya historia política se encuentra estrechamente vinculada a la de Sevilla, como se recoge en el lema de la ciudad NO8DO (NO-MADEIA-DO), un magnífico botón de muestra que evoca su fidelidad en los momentos difíciles de su reinado. Lo que está bien.
Plaquita centaura guasona
Lo que no lo está tanto, es la sucesión que
tuvieron ambas denominaciones tan contrapuestas y que dio lugar a un juego
entre el nombre de la calle y la calificación intelectual del monarca, al
decirse popularmente y de seguido, “calle de don Alonso el Sabio, antes
Burro” ¿Ve por dónde va la decimonónica guasa sevillana?
Un acto en principio
seguro que involuntario y desnudo de alguna intención maleva, que sin embargo quedó
como caricatura, algo inmerecido para alguien de la trascendencia histórica de
Alfonso X, el más que culto rey ¡Ah!, la guasona plaquita hace décadas que fue
retirada de la pared e ignoro su paradero, quedando a la espera de su ayuda en
este sentido.
Un monarca preterido
Un personaje que por su formación -era poeta, deportista, astrónomo, científico, jurista, ajedrecista- y grandes aciertos culturales -entre otros muchos se encargó de extender la lengua a nuevos tipos de textos-, fue un erudito en una época en la que muchos reyes apenas sabían leer, un pionero de la globalización y en definitiva un adelantado a su tiempo.
Por su fracasada campaña por convertirse en emperador del
Sacro Imperio Romano Germánico, una herencia envenenada de mamá. Y, sobre todo,
por su fuerte vinculación con Sevilla, donde tuvo su corte largo tiempo y en
cuya catedral está enterrado. Por estas cosas le decía y otras más, Alfonso X
el Sabio, merece un mejor reconocimiento callejero que esta céntrica pero
pequeña y esquinada calle, tan mal rotulada sobre todo.
¿Para cuándo calle Alfonso X el Sabio?, así de
sencillo, seguro que entonces todo el mundo la encontraría en el callejero a
las primeras de cambio. O mejor, por qué no una avenida o, ya de la que va, una
rotonda con un memorial dedicado a las Tres Culturas, al fin y al cabo. Y ahora
que le digo esto caigo en la cuenta de que no le he dicho dónde está la calle. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
No entiendo lo del NO8DO ¿eso no era lo que echaban en el cine antes de la película?
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