Quilate y Orfebrería (1)

(Continuación) Y mientras me llega su interés por el este triple nexo ciencia-cine-música gemológico, continuo con la polisemia del término quilate ahora centrado en su segundo significado, no como unidad de masa de las piedras preciosas, que dimos en llamar quilate gemológico o quilate-masa, sino como unidad de pureza del oro, que por justo paralelismo denominamos quilate orfebre o quilate-pureza. Nunca está de más algo de ¿justicia poética?

Oro. Ciencias y artes

Centrándonos en el noble metal objeto de la unidad quilate como medida de su pureza y desde el punto de vista de las ciencias, la etimología nos enseña que la palabra procede del latín ‘aurum’, sustantivo neutro de la segunda declinación que significa ‘brillante amanecer’, o eso es al menos lo que nos dice esta disciplina filológica que estudia el origen de las palabras y la evolución de su forma y significado.

Ya desde el campo de la química, y como elemento químico, el este metal de símbolo Au y número atómico Z = 79, está ubicado en el grupo 11 de la fila 6 de la Tabla Periódica de Elementos Químicos. Seguro que la recuerdan de los tiempos bachilleres y que, como sustancia química simple que es, se trata de un metal precioso, de color amarillo, brillante, poco reactivo, denso, blando, maleable y dúctil. Una idea del valor de estas últimas propiedades físico-químicas, nos la dan unos hechos más o menos conocidos.

Desde el cinematográfico gesto del pirata mordiendo una moneda de oro y que nos habla de su blandura pues, si era de oro, la marca de los dientes quedaría impresa en ella. Hasta uno bien gráfico que le adjunto sobre su gran maleabilidad y ductilidad, según el cual una onza (31,10 g) de oro puede moldearse en una lámina que cubra una superficie veintiocho metros cuadrados (28 m²), recuerde el decorativo pan de oro.

No es de extrañar por tanto que este metal esté considerado como el más maleable y dúctil que se conoce. Unas características, sobre todo la de la blandura, nada práctica en la mayoría de aplicaciones.

Aleación. Ciencias y artes

Motivo por el que, independientemente de la aplicación a la que esté destinada (mercantil, colorante, odontológica, en joyería, industrial) y en función de la propiedad que queramos que adquiera (dureza, rigidez, color, resistencia), el oro se suele mezclar o alear con otros metales que le proporcionan las características que buscamos.

Hablamos entonces de una aleación que, por lo que estudiamos en la química bachillera, es una mezcla homogénea o disolución de dos o más sustancias simples, de las que al menos una debe ser un metal. La mezcla que obtenemos, por lo general, suele presentar unas propiedades diferentes a las que tienen por separado las sustancias químicas que la constituyen, y a veces esto se consigue con la presencia de una pequeña cantidad de uno de ellos.

Con esta técnica es como variamos algunas de las propiedades del oro (resistencia mecánica, dureza o color), no permitiendo que las piezas construidas con él fácilmente se rayen o muestren marcas, a la vez que conseguimos cambiar su color. (Continuará)

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