Su denominación procede de la unión de tres
elementos: Síndrome Respiratorio Agudo y Grave (SARS, por sus siglas en
inglés), coronavirus (CoV) y un 2 (CoV-2) porque han de saber que
este nuevo miembro de la familia guarda un parecido genético importante
con otro detectado antes, el SARS-CoV-1, que seguramente recordará y que
brotó a principios de siglo, en 2002.
Los coronavirus, que suelen vivir en
murciélagos, pájaros y ratas son innumerables, aunque solo siete (7) de ellos que
sepamos hasta ahora pueden causar enfermedades en humanos. Cuatro de ellos (HCoV-229E,
HCoV-NL63, HCoV-HKU1, y HCoV-OC43) suelen causar solo un
resfriado común, que puede ser grave en personas inmunodeprimidas.
De hecho, sólo a lo largo de este siglo se
han descrito tres brotes epidémicos importantes causados por tres coronavirus
distintos: el ya mencionado SARS-CoV-1 (2002-2003), el MERS-CoV
(2012-actualidad) y ahora el SARS-CoV-2, del que se desconoce hasta cuándo
estará presente. Por completar la etimología vírica de este trio, el nombre del
segundo virus procede de la unión de Síndrome Respiratorio de Oriente Medio
(MERS, por sus siglas en inglés) y coronavirus (CoV).
A fin de no repetir anteriores errores
cometidos a la hora de nombrar a los virus -que condujeron tanto a algunas
inexactitudes científicas, como a la estigmatización de un país, un grupo de
personas, un animal o una región del planeta-, la Organización Mundial de
Salud (OMS) dictó un formato estándar para usar en futuros brotes de nuevas
versiones.
Una denominación, responsabilidad del ICTV,
entre cuyas directrices estaban las de que el nombre del nuevo coronavirus no
debía incluir: lugares geográficos, nombres de personas, animales o tipo de
comida, referencias a una cultura o industria en particular.
Además, se consideró que el nombre debía
ser corto, descriptivo fácilmente pronunciable. Así que ni “virus de Wuhan” ni “nuevo
coronavirus-2019” ni “virus COVID-19” o cualquier otra denominación que pueda leer o escuchar, su
designación oficial es SARS-CoV-2 (síndrome respiratorio agudo severo
coronavirus 2).
Por último destacar que, a pesar de la
similitud de sus nombres, los virus SARS-CoV-1 y
SARS-CoV-2 son bastantes distintos entre sí, como diferentes son las
enfermedades infecciosas que producen, así como los nombres que las designan.
Que esa es otra. Los virus y las enfermedades a las que dan lugar no tienen el
mismo nombre, aunque deben guardar alguna relación.
Y así, mientras el virus SARS-CoV-1 produce
la enfermedad de nombre SARS, el MERS-CoV produce la conocida como MERS,
y el virus SARS-CoV-2 la enfermedad llamada COVID-19.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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