MUELLE DE LAS MULAS. Imágenes de cinco siglos (5)

(Continuación) Por los mentideros de palacio las lenguas anabolenas contaban que en él se encontraba siempre dispuesta, una embarcación del duque lista para la huida hacia Sanlúcar de Barrameda, Cádiz. Recordar que eran tiempos socialmente convulsos y que la posición política del duque, contraria a Isabel II y sus pretensiones sobre el trono de España, le llevaron a granjearse numerosos enemigos. Me vienen a la memoria Juan Prim y Amadeo de Saboya entre otros.

Cucaña, colodión, daguerrotipo y calotipo

Por último, una costumbrista escena de la cucaña de inicios de la década de los 50 en esta misma zona del río, el muelle de Nueva York, tomada desde el muelle de las Mulas donde se aprecia un gran gentío.

Desde el punto de vista técnico, la toma de la escena de la cucaña está realizada con lo que por entonces era una nueva técnica a base de negativos de placas de vidrio al colodión, una disolución de nitrocelulosa en mezcla de éter y alcohol. Pero no era ésta la única técnica que se utilizaba en aquella época de mediados de los cincuenta.

Junto al continuo desarrollo de la fotografía, como las placas de vidrio estereoscópicas, también existían otros procedimientos como la daguerrotipia, en el que la imagen se forma sobre una superficie de plata (Ag) pulida como un espejo, si bien era frecuente que, para economizar, se usaran placas de cobre (Cu) plateado por una sola cara.

O el calotipo, un predecesor de la fotografía moderna, método mucho más económico que el ‘daguerro’ ya que lo que se exponía a la luz era un papel, un material bastante más barato que el metal fuera éste plata o cobre plateado.

En esencia era una lámina de papel que se trataba con nitrato de plata (AgNO₃) y el compuesto orgánico ácido gálico -su nombre IUPAC es ácido 3,4,5-trihidroxibenzoico y su fórmula química C₆H₂(OH)₃COOH-, empleándose de fijador el compuesto inorgánico hiposulfito de sodio, mejor dicho tiosulfato de sodio, de fórmula Na₂S₂O₃, perdonen la deformación profesional.

Pero es que al fin y al cabo estamos hablando de química fotográfica. Por cierto, ¿es la fotografía un arte? ¿cuántas artes existen? Ahí lo dejo, aunque resistiéndome a abandonar el decimonónico siglo, sin mostrarles una imagen de 1840. (Continuará)

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