(Continuación) Fueron unos segundos angustiosos. Armstrong tuvo que desconectar
el piloto automático y alunizar en modo manual para así evitar una zona llena
de rocas, aunque afortunadamente, todo se pudo solucionar ya que en el último
momento encontró dónde posar lentamente el Eagle. Cuando lo hizo sólo
quedaban diecisiete segundos (17 s) de combustible y las pulsaciones
contabilizadas al astronauta en esos momentos fueron de ciento veintiocho en un
minuto (128 min-1), de modo que demostró sangre fría y pericia.
“Houston… Tranquility Base here. The Eagle has landed”
Sólo después de apagar
el motor -algo que en realidad tenía que haber hecho unos segundos antes- y
asegurarse de que le comunicaba al ordenador de a bordo que ya estaban en el
suelo, el comandante comunicó al control de la misión en Houston que habían
aterrizado. Es su famosa frase, el momento histórico que ha quedado en la
memoria colectiva: “Houston, aquí base Tranquilidad. El Águila ha aterrizado”,
Era un mensaje tranquilizador
desde aquel mundo remoto del espacio, que llegaba al planeta Tierra
donde, por supuesto, era recibido con gritos de júbilo tanto por los trabajadores
de la NASA como por el resto del todo el mundo, del que unos seiscientos
millones (600 000 000) de personas estaban siguiendo el evento, cuando la
población mundial era de tres mil seiscientos millones (3 600 000 000).
Apolo11 y España
Por la parte española que
nos toca, destacar aquí que esta delicada fase de la operación espacial fue
controlada desde la Estación de Seguimiento de Fresnedilla (Madrid), dirigida
en aquel entonces por el físico español Luis Ruiz de Gopegui (1929).
En España eran las 22
h, 17 min y 43 s del día 20 de junio de 1969, y yo lo vi en televisión con mis
padres, como también vi unas horas después de haber alunizado -ya era de
madrugada y mi padre me despertó-, descender al comandante Armstrong de la nave
y dejar la primera huella humana sobre la superficie lunar, la de su pie
izquierdo, ¿quizás la más importante de la historia humana? Pero mejor no
adelantemos acontecimientos.
Aunque estaba previsto
que durmieran cinco horas antes de empezar el paseo por la superficie de la Luna,
llevaban despiertos bastantes horas seguidas, ante la insistencia de los
propios astronautas que no se veían capaces de dormir debido a los nervios, en Houston
decidieron que el paseo lunar tendría lugar antes del primer periodo de
descanso. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog]
las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información
sobre ellas.
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