(Continuación) De
ahí que Snow encontrara en el
sistema educativo y la formación unilateral de los estudiantes, las raíces de
esa escisión cultural y lo cierto es que no andaba en este aspecto falto de
razón.
No en vano un
alumno de ‘letras’ puede perfectamente acabar el bachillerato sin conocer el 2º Principio de la
Termodinámica o el teorema del
coseno, por ponerles un par de ejemplos. Y uno de ‘ciencias’
hacer lo propio, desconociendo quien escribió El cantar del Mio Cid o que Diego
Velázquez pintó las Meninas, por
poner otros.
Y sin embargo, a pesar de ser ambas unas
ignorancias iguales de significativas desde el punto de vista educativo,
resulta que, social e intelectualmente, no están igual de mal vistas. Llámenme tiquismiquis, pero es evidente y palmario que las ignorancias de
‘letras’ están peor vistas que las de ‘ciencias’. Lo que no deja de ser un agravio no ya social, sino intelectual.
Porque no está
bien visto que uno ignore que Diego Velázquez pintó las Meninas o que
desconozca quien escribió ‘El cantar del Mio Cid’. Mientras que si preguntamos
no ya por el 2º Principio de la Termodinámica, sino que ¿en cuánto se queda un
artículo con el descuento, ahora en las próximas rebajas? Entonces mire usted
por donde, eso no está mal visto.
O en algo
tan cotidiano y necesario, como saber que promoción del supermercado nos
interesa más, si la del: ‘dos por uno’; ‘compre dos y pague tres’; ‘la segunda
unidad al 50%’. Tampoco en eso. Basta con escudarse en un “Ah lo siento, los números se me dan fatal. Es que soy de letras
¿sabes?”. Oiga y se quedan tan pancho.
¿Ven
el doble agravio intelectual y social? Es palmario que para estas personas no
saber multiplicar o dividir no es en absoluto indicativo de ser una persona
inculta. No. No saber las reglas aritméticas elementales no lo consideran un
signo de incultura por la sencilla razón de que la cultura, para ellos, va
unida a las ‘humanidades’ o ‘letras’, y no a las ‘ciencias’ ¿Ven el perverso
efecto cultural?
Por
cierto, he hecho mis averiguaciones y el ‘Cantar del Mío Cid’, así como ‘Las mil
y una noches’, ‘Lazarillo de Tormes’, ‘Romancero viejo’, ‘El cantar de Roldán’ y
otras obras más, fueron escritas por un tal Anónimo que, a lo que se ve no solo fue un autor de éxito sino uno muy
prolífico.
No es
justificación, Dios me libre, pero tampoco veo tan grave que a un alumno de
ciencias se le olvide una de las obras de este autor, dada su abundancia e
importancia. Pero qué sabré yo que soy de ciencias, dirán ustedes con una buena
carga de razón. En cualquier caso ya ven por dónde voy. Y ya que va ciencias,
acabo con una ecuación. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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