(Continuación)
Es decir transcurridos treinta y cinco (35) años, los mismos que desde 1949,
cuando Orwell publicara su futurista
y asfixiante distopía con título de
año, 1984. Una cuestión numérica de
la que les pongo al tanto pues tiene su intrahistoria.
La idea periodística era simple y por tanto con posibilidades de ser buena. Si en
1984 (año) ya habían pasado treinta y cinco desde la publicación de 1984 (novela), y bastante de lo
aventurado en ella se había cumplido, ¿por qué no se plantearse cómo sería el
mundo pasados otros tantos? Pues pensado y hecho.
Todo
apunta a que fue a finales de diciembre de 1983 cuando el diario ‘Toronto Star’ (uno de los mas antiguos
y prestigiosos de Canadá), le propuso al ya por entonces exitoso escritor Isaac Asimov la idea de predecir el
futuro, jugando con el lapso de tiempo de los treinta y cinco años. O sea, más
o menos, un salto generacional.
Una
especie de guiño orwelliano pero que está bien pensado pues, desde el punto de
vista científico, es un margen de tiempo suficiente como para que el hecho de
vislumbrar de forma razonable y razonada el futuro, no fuera una tarea
demasiado fácil. O demasiado difícil, como para no hubiera otra que recurrir al
resbaladizo terreno de la ciencia
ficción en el que, por cierto, Asimov
se movía bien y desde hacía décadas.
Cuestión de calidad
Bien,
hasta cierto punto parece lógica la elección del periodo de tiempo generacional,
pero, ¿por qué se eligió al autor? En palabras del por entonces editor del
diario: “Asimov era popular en ese
momento, así que simplemente lo llamé a su casa de Nueva York y le pregunté. Le
encantó la idea de una serie de 1984 y se mostró complacido de ser ‘el escritor
principal’. Era un hombre muy amable y cobraba un dólar (1 $) por palabra”.
O
sea que se trataba de una buena elección. En realidad, por esa época, el
escritor era uno de los más famosos y populares autores de ciencia ficción, y se
prodigaba en revistas pulp, semanarios y libros, donde daba muestra de su
prodigiosa imaginación para pergeñar historias de civilizaciones galácticas y
robotizadas.
Un
perfil de escritor que se completaba y complementaba con su faceta
universitaria y académica, dado que era bioquímico y profesor en la universidad,
por lo que resultó ser un magnífico candidato para especular sobre el futuro.
Por cierto, el artículo original fue publicado el 31 de diciembre de 1983 y en
él escribió algo más que buenos propósitos de Año Nuevo, como ya se pueden
imaginar.
Predicciones de Asimov para 2019
El autor de las Tres Leyes de la Robótica -que también
redactó en unas Navidades, las de 1940, y aparecieron por
primera vez en su relato Runaround (Círculo
vicioso) de 1942-, en el artículo para el Toronto
Star de 1984, la verdad es que no se cortó un pelo. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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