(Continuación) Un descubrimiento que a la vista de lo dicho, prometía
ser de tan inmensa importancia teórica y práctica, que fue publicado en la prestigiosa
revista Nature y confirmado a la
prensa nacional por el propio presidente de la Royal Society, quien se encargó de explicar el significado y la
trascendencia del hallazgo. Un método artificial de producción que, sin
embargo, resultó ser un fiasco.
Revés vitamínico
Por desgracia cometieron un error en los cálculos que lo inhabilitaban
por completo, y todas las partes implicadas tuvieron que desmentir el
“hallazgo” de forma pública. Una noticia a la que los medios de comunicación,
ya saben cómo son los chicos de la prensa para según qué cosas, dieron una gran
publicidad.
Un desgraciado revés que terminó afectando negativamente a Snow desde el
punto de vista científico, tal como reflejan las palabras de su hermano: “el
trauma provocado por toda esa publicidad dejó a Charles irrevocablemente al
margen de la investigación científica”.
De manera que, como investigador científico, Snow es tan solo autor de
algunas publicaciones de menor relevancia y del que sólo diremos a su favor que,
aparte de ser discípulo de Rutherford,
contó con la amistad del matemático británico Godfrey Harold Hardy (1877-1947), el físico inglés Patrick Blackett (1897-1974), el experto en cristalografía de rayos X irlandés John Desmond Bernal (1901-1971) y el historiador francés Jacques Barzun (1907-2012).
De hecho, si bien es
cierto que su formación científica fue crucial en lo que se refiere a la
autoridad con que más adelante abordaría la cuestión de las "dos
culturas", no lo es menos que no faltaron científicos que, molestos por su
autodesignación como paladín de la cultura de la ciencia, le echaran en cara sus
pocos e irregulares créditos investigadores.Y poco más que decir de él desde el campo de la
ciencia.
Snow, escritor de ficción
Sin embargo, en ese mismo año de 1932 tiene lugar un acontecimiento -el
primero de dos que marcaron su posterior desarrollo intelectual y profesional-
con el que se inicia la segunda de sus actividades: la literaria en general y más en concreto la escritura de ficción.
En relativamente poco tiempo le publican un par de novelas que, no sólo
obtienen unas críticas favorables, sino que gustan al público que las compra, unas señales que le alientan a convertirse en escritor. De hecho, con el
tiempo, se convierte en autor de cinco obras teatrales, algunos volúmenes de
novelas, y numerosos artículos y críticas.
Por lo general, el tema principal de sus novelas es la vida
universitaria en Inglaterra que él conoce bien y, esto es importante, gracias a
ellas se hizo bastante rico. Su obra más conocida es la serie narrativa
compuesta de once novelas policíacas, bajo el título general de Strangers and Brothers (Extraños y
hermanos), aparecida entre 1940 y 1967.
En ella muestra la corrupción y las intrigas del mundo del poder y la
alta burocracia, haciéndolo con un estilo lento y descriptivo, con científica
frialdad. La más conocida de la serie es The
Masters (Profesores) de 1951, que describe la vida de los intelectuales en
un contexto académico y gubernamental, detallando las políticas internas
que se seguían en Cambridge, a la hora de elegir a un
nuevo profesor, poniendo de manifiesto y revelando sus escasamente objetivos
criterios.
Su obra, que se tradujo a varios idiomas y se vendió en grandes cantidades, le
reportaron una considerable fortuna y fue el comienzo de un reconocido estatus
social que mejoraría con el segundo de los acontecimientos que les mencioné: el
estallido de la Segunda Guerra Mundial.
(Continuará)
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