lunes, 8 de abril de 2019

VCM-25. VENENOS Y VENÓMICA. SIGLO XXI (1)

(Continuación) Para ir poniendo punto final a este vínculo entre venenos, científicos y muerte, me gustaría comentar algo acerca de los primero, más allá del apunte diferenciador de Paracelso sobre dosis, medicina o veneno, cuando afirmaba en el siglo XVI:  "Nada es veneno, todo es veneno: la diferencia está en la dosis".
Una dosis o toma que, unida a otros factores como vía de entrada, frecuencia de ingesta, individuo receptor y otras circunstancias, pueden convertir a sustancias como el agua H2O, el bicarbonato de sodio NaHCO3 o el regaliz en un veneno y a la toxina botulínica, quizás el veneno más potente conocido, en una útil medicina. Tan solo es cuestión de dosis.
Veneno y naturaleza
Por lo general cuando vemos un animal o una planta, muchas veces los clasificamos como bonitos o feos o como malos o buenos, esto último sobre todo cuando son tóxicos y producen sustancias venenosas. Una categorización la verdad algo sui generis y bastante subjetiva pues, por ejemplo a una serpiente que sea hermosa en su colorido, también la clasificamos como mala por su veneno.
Es evidente que la palabra veneno, por sí sola, evoca muchas emociones negativas, y así nos repugnan animales como la araña, la serpiente y el alacrán o, peor aún, pensamos en la muerte cuando la escuchamos. Sin embargo, ¿son malos todos los venenos? ¿Hay tóxicos buenos? ¿Qué podemos aprovechar de las toxinas? Las respuestas ya las saben o intuyen: NO, SÍ y BASTANTE.
Más que temer a los animales y plantas venenosas, debemos conocerlas y aprovecharnos de ellas y de sus diversas propiedades, como la curativa. Más que miedo, debemos tener respeto por toda la diversidad de seres venenosos que hay en el planeta, y esto por una sencilla razón: son seres vivos y forman parte de nuestro mundo.
Y por supuesto conocer cómo se manifiesta esta inmensa variedad de venenos, en mamíferos, aves, hongos, parásitos y microrganismos, plantas, peces, insectos, reptiles o anfibios.
Mecanismo evolutivo
Porque debemos saber que no se dotó de veneno a ciertas especies para hacer el mal, sino como el arma biológica por excelencia con la particularidad de ser utilizada como escudo para repeler el ataque de un agresor, o bien como el ariete que asesta el golpe para inmovilizar a la presa.

Un veneno es una adaptación evolutiva importante en el organismo, ya sea para la depredación como así lo hacen arañas, serpientes, medusas en una función claramente depredadora. O para la defensa como hacen abejas, ranas, orugas, plantas, setas, para evitar ser depredado.
Si un organismo es capaz de inyectar un veneno a sus presas, podrá aumentar sus posibilidades caza y por tanto de reproducción y supervivencia. O si ese veneno sirve para defenderse de otros depredadores, podrá sobrevivir a otros ataques y poder aumentar su descendencia. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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