(Continuación) Asimismo, a lo largo de las noches de invierno, podremos ver
las doce (12) estrellas más brillantes del cielo que son visibles desde nuestra
latitud. A saber, y sin que se me olvide ninguna: Sirio, Arturo, Vega, Capela,
Rígel, Proción, Betelgeuse, Altair, Aldebarán, Antares, Espiga y Pólux. Sí,
doce.
Otras
observaciones
Si disponemos de un pequeño telescopio o en su defecto de unos prismáticos
grandes dotados de un filtro lunar adecuado, hay que ser precavidos, podremos
observar el relieve de la Luna, la
superficie selenita.
Para conseguir un mejor efecto de su visión, deberá ir observándola noche
tras noche conforme va aumentando la iluminación del satélite. De esta forma
apreciará cómo, ante sus ojos, van apareciendo nuevos accidentes orográficos.
Con la luna nueva, la noche más oscura, se puede intentar ver nebulosas de emisión como Orión
(Messier 42 y 43), el grupo de las estrellas Pléyades y el resto de supernova
conocido como nebulosa del Cangrejo (Messier 1).
Incluso, aunque con prismáticos, se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter y hacer un recorrido por la
franja estrellada que constituye la Vía
Láctea. Y ya por último, rematamos con más información sobre nuestro astro.
De la distancia al Sol y su actividad
Ya está al tanto de que por estas fechas se produce el máximo acercamiento
anual o perihelio, entre la Tierra y el Sol. Un sucedido que tendrá lugar el próximo día 3 de enero de 2018, siendo la distancia
de algo más de ciento cuarenta y siete millones de kilómetros (147 000 000 km).
Es decir unos cinco millones (5 000 000) menos que en el momento de afelio o de mayor distancia, que
tendrá lugar el 6 de julio de 2018.
En lo que respecta a la actividad solar ya hemos enrocado algo. En el astro
está caracterizada por la presencia en su superficie de manchas, fulguraciones y
protuberancias, mientras que en la Tierra, se manifiesta en forma de
alteraciones en la propagación de las ondas
de radio y en una mayor presencia de auroras
polares.
Se trata de una actividad que sigue un periodo de aproximadamente once (11)
años y que está asociada al ciclo magnético del Sol. En la actualidad nos
encontramos en el ciclo solar número veinticuatro (24) que comenzó en diciembre
de 2008 y alcanzó su máximo durante la primavera del año 2014. Ya dimos cuenta en
estos predios.
Aunque difícil de predecir, según las estimaciones realizadas por NOAA y Space Weather Prediction Center, durante el invierno el número de
manchas solares seguirá decreciendo alcanzando valores entre seis (6) y veintiséis
(26).
Por si están interesados en este aspecto, y dada mi ignorancia del mismo,
les remito a Space Weather Prediction
Center, donde pueden, por ejemplo, ver gráficas con el número de manchas
solares en los últimos años y predicciones de la evolución del actual ciclo.
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