Auguste
Antoine Piccard
(1884-1962) ya desde su juventud mostró maneras, dando muestras tanto de su
actitud como de su aptitud.
En 1904, con tan solo 20 años, publicó su primer trabajo científico: Nouveaux essais sur la sensibilité géotropique des extrémités des racines (Nuevos ensayos sobre la sensibilidad geotrópica de las extremidades de las raíces).
En 1904, con tan solo 20 años, publicó su primer trabajo científico: Nouveaux essais sur la sensibilité géotropique des extrémités des racines (Nuevos ensayos sobre la sensibilidad geotrópica de las extremidades de las raíces).
Seis años
después, en 1910, obtenía su doctorado y con 38 años era nombrado Catedrático
de Física en la Facultad de Ciencias Aplicadas de la Universidad libre de
Bruselas.
Es en esta facultad donde realizó sus primeros ensayos de vuelos en globo por la estratósfera, utilizando por primera vez en la historia una aeronave presurizada que iba colgada del globo. Por cierto que, en algunos de esos ascensos, le acompañaba su esposa que era fotógrafa.
En junio de
1926, repitió el famoso experimento de Michelson-Morley,
sólo que él lo hizo a 4500 m de altura en un globo llamado Helvetia.
Recordemos que
el experimento de Michelson y Morley, uno de los más importantes y famosos de
la historia de la física, fue realizado cuarenta años después, en 1887 y está
considerado como la primera prueba empírica de la inexistencia del éter lumínico.
Con
posterioridad, los resultados de dicho experimento constituirían la base
experimental de la Teoría Especial de la
Relatividad (1905) de Albert
Einstein. Uno de los pilares de la Física
Moderna.
Pero a finales
de los años 20, del pasado siglo XX, el objeto de estudio de Auguste eran fenómenos
de alta energía detectados de forma
natural: las misteriosas radiaciones
o rayos cósmicos.
Estarán conmigo
que la carrera científica de Piccard está al alcance de muy pocos humanos. Como
pocos eran los científicos invitados a las prestigiosas Conferencias Solvay, y a la que Piccard fue invitado en 1927.
Conferencia
Solvay, 1927
Celebrada en
Bruselas, era la quinta desde sus comienzos en 1911, de modo que este año se
cumple su primer centenario. Con diferencia resultó ser la convocatoria que
mayor número de científicos geniales ha reunido nunca en la historia de la
Humanidad.
Bajo el título
de “Electrones y Fotones”, congregó a los padres de la física cuántica y otras figuras consagradas en otros campos del
conocimiento científico.
Un plantel
irrepetible de genios como lo muestra el hecho de que, de los veintinueve
(29) asistentes, diecisiete (17) eran ya, o fueron más tarde, premios Nobel.
La mayor
aglomeración de genios de la historia, que quedó reflejada en la que, para
muchos, es la fotografía científica más famosa de la historia.
En ella podemos reconocer
los rostros de Pauli, Schrödinger, Einstein, Dirac, Marie Curie, Bohr, Planck, Bragg, Lorentz, de Broglie, Max Born, Heisenberg por citar algunos y, por supuesto, Auguste Piccard, de pie en la tercera fila el primero de la
izquierda. (Continuará)
Bastante oportuna la relación. Enhorabuena
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