domingo, 9 de octubre de 2011

Tres ideas, erradas y erróneas, alrededor de la Química

No son pocas las ideas, erróneas y erradas, que existen asociadas a los químicos y la Química. Hoy me descuelgo, de forma breve, con tres.
Para empezar, la relacionada con la imagen. Nada más lejos de la realidad que esa imagen del químico que ha transmitido el cine. Ya ven por dónde voy.

La de un científico loco, de pelo blanco y alborotado, que se pasa las horas enteras encerrado en su laboratorio, experimentando fórmulas complejísimas. Pues bien, no es cierto.

Como tampoco lo son las frases estereotipadas que se utilizan en el lenguaje cotidiano y asociadas a la química. Unas a favor y otras en contra.
Ejemplo de las primeras, cuando decimos que un vino no es bueno porque tiene mucha química. ¡Qué tontería! Todos los vinos tienen Química. Cómo no van a tener si su proceso de formación es una reacción química (RQ).
Ejemplo de las segundas, cuando justificamos que dos personas se atraen sexualmente y razonamos este fenómeno por el hecho de que existe química entre ellas. Bueno, pensándolo bien, eso es posible que, al menos, en parte, sea verdad.

Lo digo por todo lo que se ve que pasa en la serie de ficción televisiva de nombre Física o Química. En fin.
Por último, otro de los errores que es lugar común en el imaginario colectivo, relacionado con la química es que esta ciencia se circunscribe al ámbito investigador de un laboratorio. Nada de eso.

La química no es una ciencia reservada a científicos encerrados en laboratorios entre probetas y tubos de ensayo. No. La química está presente en los actos más cotidianos que se pueda imaginar.
Desde encender el fuego de la cocina hasta preparar una sabrosa tortilla de patata. Pasando por la elaboración de vinos y alimentos. Y sin olvidarnos de la fotosíntesis, el cambio climático y la combustión de un motor. Todos son transformaciones químicas.
Y es que la vida tiene mucha química.

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