(Continuación) Y de la
que, incluso, aventuró su propia definición: “disciplina que tiene por objeto el estudio de la humanidad
indiferenciada o anónima, desde una edad que puede considerarse infantil hasta
nuestros días”.
Su maestro Federico de Castro, amigo y colaborador
de su abuelo Antonio, le inculcó las ideas del Evolucionismo y del Krausismo,
teorías de las que eran ilustres representantes.
Sin lugar a dudas, Demófilo, fue el mejor exponente de la colaboración que mantuvieron ambos hombres.
Sin lugar a dudas, Demófilo, fue el mejor exponente de la colaboración que mantuvieron ambos hombres.
Una conjunción de ideas
que le inclinarían más tarde, a la filosofía social utilitarista de Herbert Spencer. Y es que unas cosas
traen otras.
En el caso de su obra,
ésta fue el resultado de la aplicación del método científico que le inculcaron
los evolucionistas, al estudio de las ciencias sociales, objeto de trabajo de
los krausistas.
Antonio Machado Álvarez murió a los 47 años, enfermo de
tuberculosis, y en Triana. La fachada de la casa de la calle Pureza donde murió,
tiene puesto un azulejo conmemorativo. Lo suelo ver a menudo.
Es un reconocimiento
del barrio y de la Fundación Machado,
aunque no del ayuntamiento de la ciudad. Ya sabemos cómo es nuestra ciudad, donde habite el olvido.
En cualquier caso, a
nivel de reconocimiento, se puede dar con un canto en los dientes. Es un decir.
Entiéndanme.
Pero lo cierto es que salió
mejor parado que su padre. El abuelo del gabán blanco. Pero, también, bastante
peor que sus hijos.
Y es que, ésta, es mala
ciudad, según para qué cosas.
Demófilo representa la
segunda generación de los Machado. Y el mejor legado que nos dejó fue la
influencia que ejerció sobre sus dos hijos mayores: Manuel y Antonio o Antonio y Manuel.
Letras
flamencas
Para Demófilo, la
palabra, hablada o escrita, puede engañar (“No
te fíes de las palabras: En esta vida encontrarás a muchas personas que viven
mal y hablan bien”). Sin embargo él pensaba que el sentimiento no.
De ahí que valorara
sobre todo, la importancia de la comunicación del sentimiento desnudo. Sin
artificios. Como sólo el pueblo ha demostrado poder hacer.
Un valor que es el que
tendría que haberse difundido entre los intelectuales de la época y, sobre todo,
entre aquellos que tanto denigraron, y denigran, este arte.
Para muchos, copla y cante son elementos inseparables. Y el flamenco la comunión de ambos. Por lo que no deben ir separados.
Quizás estén en lo cierto.
De 1887 es su libro ‘Colección de letras flamencas’,
publicado seis años después del que está considerado, el primer libro que
empieza a estudiar la filosofía del flamenco sin romanticismo, también del
mismo autor.
Palacio de
Dueñas
Es el lugar donde nació
Antonio Machado Ruiz, propiedad de los duques de Alba en Sevilla y donde su
padre, durante unos años, ejerció como administrador de la Casa de Alba.
El mismo que Antonio,
al rememorar años más tarde sus recuerdos del palacio y a su padre en él, nos lo
cuenta en un soneto. Es aquel que empieza
Esta luz de Sevilla... Es el
palacio
donde nací, con su rumor de
fuente.
Mi padre, en su despacho. La alta
frente,
la breve mosca, y el bigote
lacio.
Por supuesto es la
misma ciudad, en cuyas aulas universitarias, su abuelo, Antonio Machado y Núñez
dictaba a sus alumnos las primeras enseñanzas sobre la teoría de Charles Darwin.
Con los Machado Ruiz
empieza la tercera generación de los Machado. La que obtuvo mayor
reconocimiento social. Al menos una parte de ella. Ya saben.
Los dos hermanos
mayores. Pero esa es otra historia, quizás no tan enrocable. (Continuará)
No tenía ni idea de los Machado. Muy bueno
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