(Continuación) Como la de las fibras blancas, pobres en mioglobina, pero más grandes y de respuesta más rápidas (electrodos Wj en la figura) de la trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss), capaz de mantenerse parada nadando contra un flujo de vórtices.
Las
truchas muertas nadan solo un poco peor que las vivas
El patrón neuromuscular observado en este tipo
de natación parece respaldar la hipótesis de que la trucha aprovecha la
reducción del arrastre en el flujo de vórtices, para reducir su gasto
energético y así, su actividad muscular axial anterior no se correlaciona con
la amplitud del movimiento de su cabeza como en la natación constante.
Es para estudiar cómo influye el flujo de
vórtices en la aerodinámica del cuerpo inerte de la trucha, que se han empleado
ejemplares muertos remolcados, resultando que adoptan de forma temporal un
movimiento similar al de la natación de Kármán, sin actividad muscular
axial.
Un fenómeno aprovechado por las truchas vivas para reducir su gasto energético cuando tienen que adoptar dicha natación durante períodos prolongados de tiempo; algo que ya hemos visto en las bandadas de pájaros o los pelotones de ciclistas, perdón por los modelos, otros ejemplos de la escenografía de la universal, inexorable e ineludible ley de la economía.
‘Neuromuscular Control of Trout Swimming in a Vortex
Street:’
‘Implications for Energy Economy During the Kármán Gait’ o “Control neuromuscular de la natación de truchas en una calle de
vórtices: implicaciones para la economía energética durante la marcha de
Kármán”.
Es el artículo
publicado por Liao en la revista The Journal of Experimental Biology 207: 3495-3506 (2004), ojo que tiene ya dos décadas, donde expone lo que le cuento; si me
permite otra licencia, una especie de reinterpretación bíblica del milagro
de Lázaro, pero en versión trucha, perdón.
O si prefiere mejor la refranera sabiduría popular, “camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”, ya sabe; y bueno, hasta aquí el estudio y sus implicaciones. En la interpretación de su autor queda demostrado que el cuerpo de las truchas muertas remolcadas, parece oscilar de forma similar a como lo hace el de las truchas vivas, pues así aprovechan los vórtices.
O sea, que como según la
investigación a mayor curso favorable de agua menos esfuerzo del pez, que
adopta una posición inerte para dejarse llevar, podemos decir que “se hacen las
muertas”, un resultado que si lo piensa es una de esas verdades de
Perogrullo para las que no hace falta alguna la ciencia.
Decir que “Los ángulos de cabeza de las
truchas vivas tienen un rango más amplio de valores y una mayor variedad en
comparación con las truchas muertas” es como la fábula esópica de “el
parto de los montes”, tanto ruido para después parir un pequeño ratón.
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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