[Esta entrada apareció publicada el 04 de octubre de 2024, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Vaya por delante que los susodichos no tienen ninguna afiliación con los Premios Nobel, salvo que nacen como una parodia de ellos y que su loable objetivo no es otro que “celebrar lo inusual, honrar lo imaginativo y despertar el interés de las personas en la ciencia, la medicina y la tecnología”, haciendo que “la gente se ría, y luego piense”.
Unos galardones que se entregan en una ceremonia anual y
nocturna del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) en Cambridge,
EE. UU. organizada por la revista de humor científico ‘Annals
of Improbable Research’ (Anales de investigaciones improbables) y que concede la prestigiosa Universidad de Harvard.
Una ceremonia tan hilarante como divertidas y extravagantes son las investigaciones científicas por las que se les entregan y de las que ya le prevengo, aunque su objeto de estudio le pueda, ‘a priori’, producir risa y parecer poco útil, no lo dude, sus hallazgos son relevantes de algún modo para la ciencia. Como lo lee.
Creado
por el polifacético estadounidense Marc Abrahams (1956), editor y
cofundador de ‘Annals...’ y ex editor en jefe del ‘Journal of
Irreproducible Results’ (Revista de resultados irreproducibles), adopta un
enfoque humorístico y hasta satírico para: promover el interés público por la
ciencia, hacer que la investigación sea más accesible o resaltar la relevancia
de, incluso, la investigación “raruna”, como ve unos objetivos de los más
serios y estimables.
Unas dos horas de duración en las que los científicos son recibidos con música de acordeón y bombardeados con un auténtico diluvio de aviones de papel por parte del público, y es que no en vano el premio honra la investigación “inusual”.
Naturalmente hacen una
presentación breve de la misma mientras el público se divierte interrumpiéndola
por parte de personas que se “aburren”, como la niña ‘Miss
Sweety Poo’ que, si un galardonado habla mucho tiempo, le grita con voz
aguda y estridente, ‘Por favor, termine, estoy aburrida’. O saliendo
disfrazados al escenario o arrojándole
más aviones de papel, o....
Para colmo los premios los reciben de mano de científicos que son auténticos premios Nobel que se ofrecen generosamente para ello entregándoles además una recompensa en efectivo, un obsoleto billete de 10 billones de dólares zimbabuenses de una época de inflación extrema y casi sin valor nominal. Sin duda una magnífica demostración de que el buen humor no está reñido con la ciencia.
Ah, sobre el origen del nombre, Ig Nobel, lo único que tengo a ciencia
cierta es que sólo es un juego de palabras del inglés ‘ignoble’ que en
castellano significa “innoble”; esa es al menos mi realidad constatada, el
resto son leyendas urbanas. La ceremonia se cierra con las palabras: ‘Si
usted no ha ganado un premio, y especialmente si lo ha hecho, ¡mejor suerte el
próximo año!’. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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