sábado, 5 de octubre de 2024

¿Cómo sabemos de qué están hechas las estrellas?: Kirchhoff y Bunsen

(Continuación) Por su parte la química era una ciencia apenas incipiente, tras haberse separado del idealismo alquimista al despojarse del prefijo al-, toda una rémora científica. No obstante John Dalton (1749-1827) ya había publicado su lista de pesos (masas) atómicos relativos, aunque los físicos desconfiaban todavía de la existencia-noción del átomo, un tema que coleó hasta entrado el siglo XX.

Por otro lado, Amedeo Avogadro (1776-1856) estudiaba las reacciones de los gases y aún faltaban unos años para tener la tabla periódica de Dmitri Mendeléyev (1834-1907) con sus 63 elementos químicos publicada en 1869 o sea que estamos en su sesquicentenario (155.º) aniversario. Tiempos escolares.

Prontuario astrofísico: Kirchhoff y Bunsen

En 1859 dos científicos descubrieron que ciertas sustancias, al ser quemadas en un mechero Bunsen emitían diferentes tonalidades de luz; uno era el físico prusiano Gustav Kirchhoff (1824-1887) y otro el químico alemán Robert Bunsen (1811-1899).

Sí es el mismo de quien toma nombre el imprescindible mechero para las prácticas químicas de secundaría o universitaria, pero que en puridad ha de saber que no es de su invención sino del británico Michael Faraday (1791-1867), una historia que habrá que contar.

Y sus resultados lo publicaron en 1860 proporcionando incluso una sencilla y sorprendente explicación al fenómeno descubierto en 1814 por J. von Fraunhofer, las líneas espectrales son en realidad una propiedad característica del elemento químico que emite la luz, y viene a ser como una especie de huella dactilar que permite reconocerlo allá donde llegue, todo un descubrimiento químico.

Lo es porque cada elemento tiene las suyas, que son únicas e inconfundibles, lo que resulta ser un magnífico método de identificación química y ya les permitió identificar dos nuevos elementos químicos, cesio (Cs) y rubidio (Rb), cuyos nombres derivan precisamente del color de las líneas espectrales que permitieron descubrirlos.

Las brillantes azules características del primero sugirieron usar la palabra latina para azul celeste, caesius, mientras que las líneas rojas del segundo sugirieron usar rubidus, la palabra latina para dorado rojizo. Ni que decir que a esta pareja le siguieron unos cuantos elementos nuevos más, descubiertos por diferentes químicos en los años siguientes, pero usando las mismas técnicas espectrales.

Espectros de emisión y absorción. Kirchoff

En sus investigaciones el prusiano dio un paso más al interpretar de forma correcta la diferencia entre las líneas espectrales brillantes y las oscuras. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 

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