Es una de esas preguntas que surge nada más mirar al cielo y verlas allí arriba suspendidas, ligeras, etéreas, paradas o arrastradas por el viento, como hechas de algodón, al decir de leyendas y cuentos infantiles.
Una visión tan “esponjosa”
que la respuesta no puede ser otra que la de que no pesan y por eso están ahí,
como flotando sin caerse, independiente de que estén más alejadas o más
cercanas a la superficie ¿Cómo van a pesar las nubes?, vaya pregunta tonta ¿no
le parece? Pues no y por suerte no es así, no todo (en realidad, casi nada) es
como parece.
Las nubes no son de
algodón, sino que contienen agua (H2O) y aire por lo
que poseen masa y por tanto peso, claro que pesan y no poco, no se equivoque.
Aunque por suerte no es raro que una nube caiga sobre nuestras cabezas, lo llamamos lluvia, granizo, lluvia helada, nieve, etcétera, es otra forma de caer, pero caída, al fin y al cabo; así que, nada más empezar un doble error, pesan y se caen.
Como dice el popular
chascarrillo, referido al pueblo de Puertollano en la provincia de Ciudad Real,
que es el de las dos mentiras pues, en la errónea opinión de algunos, “ni es
puerto ni es llano”; lo que es la ignorancia.
Mecánica newtoniana
Las nubes, compuestas
principalmente de aire y pequeñas partículas de agua condensada, por la
inexorable Ley de Gravitación Universal, LGU, (1685) del genial
inglés Isaac Newton (1643-1727), se sienten “atraídas” por la Tierra
por el mero hecho de poseer masa, es decir pesarán.
Ley que podemos expresar como: “La fuerza de atracción gravitatoria entre dos partículas de masas m y m´, a las que puede considerarse puntuales, situadas a una distancia r, tiene la dirección de la recta que las une y su valor es directamente proporcional al producto de las masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa”.
Una masa “nubera” que
en este caso, a pesar de las apariencias cuando las vemos con los pies en el
suelo, resulta ser gigantesca por su valor cuantitativo, le hablo de una masas del
orden de miles toneladas (t), lo que implicará un enorme peso en newtons
(N). Y con tanto peso, ¿cómo es qué flotan?
Hidrostática
arquimédica
La respuesta nos viene
de la mano del tercer científico más influyente de la humanidad, el siracusano Arquímedes
(287-212) y su conocido principio homónimo de la hidrostática, “todo
cuerpo sumergido en un fluido experimenta un empuje vertical y hacia arriba
igual al peso de fluido desalojado”. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
Gran información con datos impresionantes.
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